Bogotá, 23 de enero. Si fuera aceptada la acción judicial de Clara Rojas, ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para impedir la exhibición de la película Operación E en ese país, debido a que afectaría a su hijo nacido en cautiverio, crearía un nefasto precedente para la libertad de expresión, advirtió el productor español Farruco Contramán en una entrevista con Afp.

Contramán, quien viajó a Colombia para defender la cinta ante la medida de amparo interpuesta por Rojas en diciembre pasado, dijo que más allá de las pérdidas económicas que podría causar un fallo adverso a la película, la decisión judicial tiene una connotación más trascendental.

El Tribunal Superior de Bogotá postergó hasta el 30 de enero, a más tardar, su decisión sobre si acepta las razones que alega Rojas para evitar la llegada a los cines colombianos de la cinta franco-española, que ya se ha proyectado en esos dos países.

Esto sería una censura previa prohibida en la Constitución (colombiana). No hay nada en la película que afecte al niño, pero no puede estar ese derecho por encima de la libertad de expresión, dijo Contramán, coproductor de la cinta, rodada principalmente en el departamento colombiano del Meta.

Rojas argumenta el derecho constitucional al libre desarrollo de la personalidad de su hijo Emmanuel, quien, según alega, se vería afectado por la exhibición de la película.

Emmanuel, cuyo padre se cree que es un guerrillero no identificado, nació en 2004 y luego fue separado de su madre hasta pocos días antes de que fuera liberada, en enero de 2008. Las autoridades lo identificaron en un hogar de paso estatal (que acoge temporalmente a personas sin techo) en Bogotá.

Sin embargo, Contramán asegura que la película –que Rojas vio en sesión privada en marzo de 2012 y la dejó muy impresionada, según dijo a medios de prensa– no se basa en la historia de Emmanuel.

Se centra en el personaje de José Crisanto Gómez Tovar, el campesino colombiano a quien las comunistas FARC confiaron al niño tras separarlo de la entonces cautiva Rojas, quien fue secuestrada en 2002 junto con la candidata presidencial Ingrid Betancourt.

Aunque Contramán asegura con insistencia que entiende y respeta a Rojas, se opone rotundamente a su pretensión y, pese a que reconoce que pueda estar preocupada por su hijo, no descarta que tenga un interés económico, al recordar que varios meses estuvieron negociando con ella.

Hay 38 páginas de correo electrónico. Posteriomente a que hubiera visto la película ella empezó a negociar y se llegaron a cruzar contratos de acuerdo en los que se le ofreció uno por ciento de las regalías de la exhibición en Colombia, recuerda Contramán, quien asegura que Rojas quería también de la proyección internacional.

Esto demuestra que hubo un interés económico, sentencia, tras explicar que la ex rehén interpuso sorpresivamente la acción judicial después de que la película se estrenó el 8 de diciembre pasado en España.

Rojas ha afirmado a medios de prensa que se opone a que la película sea vista en Colombia por recomendación del sicólogo, no por interés económico, aunque ha admitido que eventualmente en el futuro puede autorizar la realización de una cinta sobre el caso de su hijo, que hoy tiene 8 años y medio, basada en su libro Cautiva.

Ese libro fue dedicado y regalado a Contramán por Rojas, durante un encuentro que sostuvieron en Bogotá en noviembre de 2011, según el productor español, quien va más allá en sus recuerdos al asegurar que, en esa ocasión, le pidió que “mirara el libro, no sólo con el aspecto de interés por la novela, sino por el aspecto de una posible producción.

El camino de Clara no es correcto ni el adecuado. De ser censurada la película sería pirateada y se vendería en todos los semáforos y todos la verían, advirtió el productor, tras confiar en una decisión en favor de la libertad de expresión.