Un avance del largometraje/documental Calavera del montón, tras los huesos de José Guadalupe Posada, opera prima de Antonio Camarillo, cuya productora es Margarita Guillé, fue presentado ayer, fecha del centenario luctuoso del ilustrador y grabador oriundo de Aguascalientes, en el Museo Nacional de Arte.

La cinta independiente, que combina tomas formales con técnicas de animación en stop motion, se estrenará en noviembre en el Festival Internacional de Cine Fantástico y Terror Mórbido, que se efectúa en Pátzcuaro, Michoacán.

También guionista del filme, Camarillo explicó que tiene poco más de un año de trabajar en el documental, que ha tomado mucho tiempo de investigación, en el desarrollo de las distintas técnicas para encontrar exactamente el tono y el nivel que buscábamos. Mientras la producción de la parte formal está casi concluida, es decir, las entrevistas con los estudiosos de la obra y vida de Posada, nos queda todavía un segundo periodo de grabaciones. Vamos a ir a Aguascalientes, a León, a estar por el centro de la ciudad de México en busca de los rincones en que Posada se movía.

Además, pretendemos salir a Washington DC, a la librería del Congreso. Ya estuvimos en Londres para entrevistar al investigador Thomas Gretton. En México, lo hicieron con Mercurio López Casillas, Agustín Sánchez, Rafael Barajas El Fisgón, Elis Bonilla y los descendientes de la familia de Antonio Vanegas Arroyo, su más conocido impresor. Por otro lado, el trabajo de animación no para. Todos los días nos entregan nuevas pruebas.

De acuerdo con Camarillo, el filme tiene una premisa bien sencilla: 100 años después de su muerte, Posada está más vivo que nunca. Para ilustrarlo el cineasta se refirió a la ofrenda-performance llevada a cabo a las 9 horas, con descendientes de Vanegas Arroyo, integrantes de Tepito Arte Acá, Mario Puga y un grupo de personas, en Jesús Carranza y Eje 1 norte, donde se encontraba su vivienda.

Disfrazados de Posada, La Catrina, Vanegas Arroyo, Diego Rivera y Frida Kahlo, así llegaron al museo. De hecho, Camarillo incluyó algunas imágenes tomadas esa misma mañana en el avance.

Escena captada en el festival calaveresco que se realizó en los alrededores del Palacio de Bellas Artes el jueves pasadoFoto Roberto García Ortiz

Acotó: “Posada es un personaje plagado de contradicciones y dudas que no terminamos de cerrar alrededor de su persona y personaje, porque el punto es que hay un personaje alrededor de él, quien en vida no se consideró –hasta donde sabemos– un artista. El trabajo que tenemos de él nos queda gracias a la labor de coleccionistas, de aquellos que tuvieron el cuidado de conservar su obra. Esta es la primera contradicción que me llama la atención: ¿por qué, 100 años después, celebramos de esta manera a alguien que en vida pasó como anónimo?

Me inspira y me conmueve profundamente la historia de este hombre, genio extraordinario. Me conmueve cómo la tragedia parece bordear su vida. Y, me inspira ver la manera en la que trabajó, su talento, el tesón de un hombre que puede trascenderlo... conquistar el tiempo, y un siglo después podemos agradecer que haya estado entre nosotros.

La propuesta de Calavera del montón... es que la obra de Posada hable por sí misma. De allí que sus personajes se avientan un clavado en esa fosa común, en ese inframundo en el que terminan perdidos sus huesos cuando muere; lo buscamos y tratamos de traerlo a nosotros, a todos aquellos que celebramos su genio.

Pablo Guiza, director de Mórbido y tesorero de la Asociación de Amigos Protectores del Panteón de Dolores, informó que los restos óseos de Posada fueron de sexta categoría. Después, “no los sacaron ni los echaron a la fosa común, sino que sextas se volvió la fosa común. Insistimos varias veces en poner en la Rotonda de las Personas Ilustres una placa, un osario, que dijera que Posada se encontraba en ese panteón, pero como siempre sucede, las leyes exigen que estén los restos. Insistiremos, porque creemos que Posada tiene los tamaños suficientes para estar allí junto a Diego Rivera y a José Clemente Orozco”.