Wallmapu, el País Mapuche

HUELGA DE HAMBRE

Mauricio Waikilao

En mi niñez el hambre era una vocecita
que robaba el pan a mis compañeros
de curso
Un sentimiento que me empujaba a compartir
dos de las cuatro galletitas
que recibía en el colegio
Los perros del fundo compartieron
conmigo su comida: unos pellet
con forma de huesitos
que mi abuela sazonó con grasa y sal,
una exquisitez que me prohibieron
divulgar
Como las sopaipillas de afrecho “fritas”
con agua de pozo
Casi me convencen de que el hambre
era un regalo de Dios que había
que padecer con entusiasmo
para ganarse el cielo
La conciencia me la despertó
el hambre de otros
Recibí una orden del llanto
de esa viejita saliendo del negocio del gringo
con su bolsa vacía
y me enrolé en esta guerrilla
del pensamiento incorregible
para alimentar sus armas con frases toscas
y canciones sin rima
Quise ser cómplice de la historia
armero de la política directa
para tumbar esa hambre que casi me mata
El hambre es un deber a la inversa
El hambre es una desgracia imperdonable
que a esta hora apunto como un fusil
en esta guerra fabricada por la Ley
y redactada por la religión

Del libro Bitácora guerrillera, con prólogo de 
Elicura Chihuailaf. Santiago, 2011.

LA CHICA MELINAO

Salvador Mariman

Hoy temprano en la mañana desperté
y el olor a soledad rondaba en mi ventana,
seis de la mañana,
la chica Melinao en la esquina embarazada.
Su sueldo varía según miércoles o fin de semana,
los feriados por lo general no se le ve;
cuentan que ya no celebra el We Xipantü
porque su familia se avergüenza de volverla a ver.
Ella tenía sueños y estaba cansada de su vida en el lof,
quería ser independiente
y tener una vida más allá del matrimonio.
A ella le molestaba el barro, el frío
y tener que levantarse en la mañana a alimentar a los chanchos;
cuando había visita ella no hablaba,
pero tenía que estar cerca del padre para llenarle el mate.
Sola, lejos de la vida,
la chica Melinao es fuerte,
duerme en el día y de noche un taxi la viene a buscar,
no conoce el amor y mañana hará un aborto
pues sabe que en su vida la comida no alcanza para dos,
no alcanza.

Del libro Extiendo mis alas a pesar del largo invierno,
Kolectivo We Newen, 2009.

MAPURBE

poemas de David Aniñir

Somos mapuche de hormigón
Debajo del asfalto duerme nuestra madre
Explotada por un cabrón.
Nacimos en la mierdópolis por culpa del buitre cantor
Nacimos en panaderías para que nos coma la maldición
Somos hijos de lavanderas, panaderos, feriantes y ambulantes
Somos de los que quedamos en pocas partes
El mercado de la mano de obra
Obra nuestras vidas
Y nos cobra
Madre, vieja mapuche, exiliada de la historia
Hija de mi pueblo amable
Desde el sur llegaste a parirnos
Un circuito eléctrico rajó tu vientre
Y así nacimos gritándoles a los miserables
Marri chi weu!!!!
en lenguaje lactante.
Padre, escondiendo tu pena de tierra tras el licor
Caminaste las mañanas heladas enfriándote el sudor
Somos hijos de los hijos de los hijos
Somos los nietos de Lautaro tomando la micro
Para servirle a los ricos
Somos parientes del sol y del trueno
Lloviendo sobre la tierra apuñalada

La lágrima negra del Mapocho
Nos acompañó por siempre
En este santiagoniko wekufe maloliente.

epu

lemu curra felleley mai
kuifi mawidamu felelley mai
xipat wechun chumgechi degiñ

somos bosques de piedras
somos montañas ancestrales
emergemos como volcanes

I.N.E. ( INDIO NO ESTANDARIZADO )

Según el Censo de población y vivienda
realizado en Chile
Usted se considera:
Flojo
Hediondo
Borracho
Piojento
Malas pulgas
Aborigen
Incivilizado
Canuto
Delincuente
Post Punx Rocker
Autóctono
Folklórico
Indígena ( indigente )
Terrorista
Quema Bosques

Taniperlas, Chiapas. Foto: Paco Vázquez

Exótico
Ilícito Asociado
Camorrero
Muerto de Hambre
Desterrado
Natural
Salvaje ( Sur bersivo)
Arcaico
Mono Sapiens
Mal vividor
Mal Moridor
Analfabeto
Bárbaro
Inculto
Nativo
No nato (siempre kisistes eso)
Polígamo
Guerrero
Indómito
Raza inferior, guerrera pero inferior
Indio kuliao

O
Araucano.
Acepciones nunca consultadas a bocas mapuche, Que otro descalificativo más te queda por nombrar
Racista Fuck Triñuke….
Que te quede claro,
Demórate un poko más y di Mapuche,
La boca te quedará ahí mismo.

David Aniñir Guilitraro, nacido en Santiago de Chile, hijo de migrantes indígenas, ha resultado un fenómeno cultural en su país, al encarnar y dar voz al mapuche urbano, de manera desafiante, contra el estado de cosas que padece su pueblo, lo mismo que contra los estereotipos bien o mal intencionados. “Me dicen poeta mapuche y me carga por todo lo que conlleva: la discriminación positiva, el palmoteo en la espalda, y el ‘venga por aquí y pase por acá’”, declaró hace poco a la revista literaria y teatral Intemperie.

Su libro Mapurbe venganza a raíz, publicado inicialmente de manera independiente (Odiokracia Autoediciones, 2005), ya había trascendido al nivel coloquial cuando salió su primera edición comercial (Pehuén Ediciones, Santiago, 2009), convertido en un potente símbolo del mapuche moderno, metalero, rebelde, contestatario y sarcástico. Asume su “condición” como tal pero, dice, “no quiero que mi poética sea clasificada sólo como mapuche”. Lo que sucedió con Mapurbe, “como concepto”, en un principio “me asustó y sorprendió porque se me iba de las manos; a estas alturas no me pertenece, es parte del patrimonio cultural mapuche urbano y el movimiento en general”, añadió. “Pero tampoco quiere ser un oportunista porque está la papa: tení los pómulos altos, un trarilonko y un apellido tal, y ¡listo! No, no me gusta eso. Quiero que la calidad de mi obra hable por mí, no por el hecho de tener tal o cual apellido”.