El medallista olímpico de marcha Noé Hernández ganó una batalla más. Esta vez no ante sus rivales deportivos: fue contra la muerte, a la que venció gracias a su enorme deseo de vivir y a que los médicos que lo atendieron aplicaron su experiencia y conocimientos para salvarlo.

Este martes recibirá el alta médica del hospital donde lo atendieron, para continuar su rehabilitación en casa, donde deberá poner el mismo empeño que cuando era un marchista activo para lograr su total recuperación neurológica, calculada en dos o tres meses, aunque la visual podría llevarle hasta un año, dependiendo de los resultados de los análisis que le practicarán antes de su salida.

El doctor que lo intervino, Carlos Castillo –con experiencia de 22 años en este tipo de cirugías–, expuso que el dirigente deportivo ya camina por su habitación, entiende todo lo que se le dice y ha recuperado la memoria actual y remota, aunque todavía no sabe bien a bien lo que le pasó, pero esa parte de los hechos le corresponderá al sicólogo enterarlo.

Justo porque no recuerda lo que le sucedió cuando fue herido en la cabeza con un arma de fuego –por lo que perdió el ojo izquierdo–, no ha podido rendir declaración ante alguna autoridad, pese a que han estado al pendiente los representantes del Ministerio Público, quienes podrían entrevistarse con el medallista olímpico tras su salida del nosocomio.

De acuerdo con la versión del especialista, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde es catedrático y con estudios de posgrado en Estados Unidos y España, Noé está pasando por lo que se llama el periodo de duelo, en el que ha respondido muy bien, a tal grado que ya está reubicado en su situación espacial, temporal y en lo personal, pero hace falta alcanzar su rehabilitación.

Uno de los pendientes médicos que deberá atender el secretario del deporte del Partido Revolucionario Institucional en el estado de México es aliviar la hemorragia intraocular en el ojo derecho, porque en buena medida ese sangrado evita que tenga mejor visión; sólo al eliminarla se podrá saber si es candidato a una nueva operación para el uso de una prótesis.

Sin pretender alarmar, puesto que la vida de Noé Hernández ya no corre peligro, el cirujano apuntó que ahora viene la otra parte en la lucha del ex marchista, que es hacerlo consciente de lo que ocurrió y que lo llevó a su actual situación, lo cual puede ser severamente traumático, por lo que será atendido por especialistas.