La alegría se reflejó en el rostro de Felipa Valentín al ver cómo la recibió su hijo con los brazos extendidos. Lo importante es que está vivo, bien. Queremos su vida y él se siente cobijado por las muestras de apoyo y las oraciones de la gente. Dios le dio otra oportunidad, expresó agradecida la madre del ex marchista Noé Hernández.

A una semana de ser baleado en un bar de Los Reyes La Paz, en el que perdió el ojo izquierdo y parte de la visibilidad del derecho, la familia de Hernández Valentín no ha dejado de rezar por la salud del llamado hijo pródigo de Chimalhuacán hace 13 años cuando ganó la plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Doña Felipa dice que las horas críticas del cuarto de sus cinco hijos ya pasó. Fueron días de angustia, dolor y esperanza.

Su figura es frágil y bajita de estatura. Recuerda cuando Noé se hizo famoso con su presea y mostró orgullosa los tenis rotos con los que entrenaba cerca de su vivienda de lámina, la cual se transformó con los premios económicos que recibió su hijo para darle una mejor calidad de vida.

Juana, su hija mayor, comenta que su hermano le está echando ganas, es increíble su fortaleza, le ayudó mucho ser deportista de alto rendimiento. La gente sin conocerme se me acerca y me dice estamos orando por Noé. Él es muy querido en el medio, le tienen un afecto increíble. Mucha solidaridad de medallistas olímpicos, funcionarios del gobierno federal y estatal, agrega.

Vianey Pedraza, esposa de Noé, ha recibido infinidad de llamadas, como las del secretario del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, quien le ofreció un helicóptero en caso de alguna emergencia.

Los directivos Jesús Mena, Fernando Platas, Ernesto Canto, Martín Bermúdez y Daniel Aceves han acudido a la clínica particular de neurotraumatología en Bosques de Aragón, la cual podría abandonar el ex marchista este sábado, domingo o a más tardar el lunes, informó el director general del nosocomio Carlos Castillo Rangel.

Dijo que la evolución del Chivo “es satisfactoria y ya desea estar con sus hijas –Vianey, de 10 años, y Vania, de cinco–”, aunque mencionó que sólo por una fiebre o salida de líquido podríamos retenerlo. Es un hombre fuerte, otro en su lugar tardaría una semana más para ser dado de alta.

Destacó que Noé “está conciente de que perdió un ojo y en el otro sólo ve colores, de 0.6 ahora tiene 1.7. Él cree que tuvo un accidente automovilístico. Se le hizo otro estudio minimental y el resultado fue 26 (de 30). Se le harán tomografías y sobre todo recibirá ayuda sicológica. Caminó por el pasillo, comió caldo de pollo, verduras y jugos.