Sociedad y Justicia
Ver día anteriorJueves 3 de enero de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Planear el embarazo puede evitar defectos como la anancefalia

Se mantiene constante la prevalencia de malformaciones congénitas: experto
 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de enero de 2013, p. 33

El labio y paladar hendidos, el síndrome de Down, las cardiopatías congénitas y los defectos del tubo neural son algunas de las malformaciones congénitas más frecuentes y a diferencia de otros problemas de salud en el país, en los pasados 30 años su prevalencia se ha mantenido constante: alrededor de dos a 2.5 por ciento entre los recién nacidos, aseguró Osvaldo Mutchinick, jefe del Departamento de Genética del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

El porcentaje de personas afectadas aumenta a cinco al incluir los padecimientos que se manifiestan en años posteriores, como los defectos en el funcionamiento renal, de pulmones y corazón, entre otros.

El especialista dirige también el Registro y Vigilancia Epidemiológica de Malformaciones Congénitas, estudio multicéntrico nacional que contiene información de entre 40 a 50 variantes de estos problemas en la población mexicana.

En entrevista, Mutchinick comentó que en la mayoría de los casos se desconocen las causas de la malformación, aunque son varias las que se pueden identificar en etapas tempranas del embarazo y otras que el organismo identifica y rechaza de manera natural mediante abortos espontáneos.

Señaló que aunque no es posible prevenir una malformación congénita, la planeación del embarazo hace factible evitar algunas como los defectos del tubo neural (anencefalia, espina bífida y encefalocele). La principal causa de este mal es la carencia de ácido fólico en la madre.

Otros defectos se pueden evitar si la mujer se protege de manera anticipada contra la rubeola –si no recibió la vacuna o no se enfermó en la infancia– o, mediante un análisis clínico, el médico tratante identifica la presencia de anticuerpos preventivos de otras infecciones como toxoplasmosis o citomegalovirus. De la primera explicó que es una enfermedad frecuente que generalmente cursa sin síntomas.

Otros factores de riesgo son el uso de medicamentos como los que controlan las crisis convulsivas por epilepsia; la exposición a sustancias químicas, radiaciones y carencia de ácido fólico y la cercanía con gatos.