Espectáculos
Ver día anteriorJueves 27 de diciembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La cinta, que se estrenará esta semana en EU, es una de las favoritas para los Óscares

Zero Dark Thirty revive polémica por la cacería de Osama Bin Laden

De Kathryn Bigelow, sigue la ruta del trabajo de inteligencia que llevó 10 años, desde el 11-S hasta la muerte del líder de Al Qaeda

La controversia, por un aparente respaldo a la tortura

Foto
Jessica Chastain protagoniza el filmeFoto Ap
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 27 de diciembre de 2012, p. 8

Se le consideró uno de los logros principales del presidente Barack Obama en su primer periodo, con miras a la relección. Ahora, la cacería y matanza de Osama Bin Laden es la base de una de las películas favoritas para la temporada de premios de 2013. La relación entre Washington y Hollywood es más cercana y más controvertida que nunca, y ahora parece difícil separar Zero Dark Thirty, secuela de Kathryn Bigelow de su filme de guerra The Hurt Locker –ganador del Óscar–, del clima político que se ha generado en torno a ella.

La cinta sigue la ruta del trabajo de inteligencia que llevó 10 años, desde el 11-S hasta la muerte de Bin Laden. Fue concebida, investigada y escrita apenas en unos meses después de los sucesos que constituyen su clímax. Sus creadores insisten en que no es un docudrama, pero aseguran que está basada en hechos, hasta en los detalles del arte paquistaní que decoraba los muros del escondite del líder de Al Qaeda.

Bigelow y el guionista Mark Boal –periodista de cuya cobertura de guerra surgió la idea para The Hurt Locker– tuvieron acceso a fuentes internas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), el Pentágono, los SEALs de la Armada y la Casa Blanca. Entre ellos estaba la obstinada agente de la CIA que en la cinta recibe el nombre de Maya, interpretada por Jessica Chastain. Se dice que a Boal le dieron un recorrido por la bóveda de la agencia donde se planeó la incursión, y por una réplica en tamaño real del escondite de Bin Laden, donde se ensayó.

Temores

Al hacerse evidente la extensión de esta cooperación, los republicanos temieron un golpe propagandístico para el presidente demócrata que ordenó la incursión a las 0:30 horas, de la que la cinta toma su nombre en inglés. El año pasado, el presidente republicano del comité de seguridad interior de la Cámara de Representantes exigió investigar si Bigelow y Boal habían tenido conocimiento de información clasificada.

Documentos dados a conocer el verano pasado mostraron que los cineastas no tuvieron tal privilegio. Sin embargo, sí tuvieron una serie de reuniones con funcionarios de alto nivel, incluido Michael Morell, subdirector de la CIA, quien según un mensaje de correo electrónico de uno de sus colegas “les concedió 40 minutos, les dijo que estaban para ayudarlos en lo que se les ofreciera y manifestó a Kathryn lo mucho que le había encantado The Hurt Locker”.

Ahora la controversia es de un orden diferente. La película se estrenará esta semana en ciudades selectas de Estados Unidos y ya obtuvo varios premios de grupos de críticos, para no mencionar postulaciones al Globo de Oro. Pero entre las buenas reseñas afloran los detalles cruentos: Zero Dark Thirty abre con escenas gráficas de un detenido a quien le aplican la tortura del agua, entre otros tratos inhumanos. Cierta referencia que ese hombre proporciona a quien lo interroga se muestra como una parte potencialmente significativa del cuadro de inteligencia que condujo a Bin Laden.

Apenas la semana pasada, los miembros demócratas del comité de inteligencia del Senado aprobaron un informe de 6 mil páginas que concluye que la tortura no formó parte esencial de la búsqueda de quien fue clasificado como el terrorista más buscado por Washington. Entonces, ¿la cinta defiende la tortura, o sólo muestra el costo moral de la misión? ¿La minuciosidad de ese trozo de información arrancado a la víctima de tortura sugiere que esa práctica valió la pena, o que fue un error? ¿O se trata sólo de que Zero Dark Thirty, como sugieren Bigelow y Boal, mantiene una distancia periodística? “La cinta no tiene una agenda –declaró la directora a la revista The New Yorker– y no juzga.”

Los críticos no lo ven así. David Edelstein, de New York Magazine, ha nombrado a Zero Dark Thirty su película del año, pero también afirma que raya en lo político y moralmente reprensible. “Apuesto a que a Dick Cheney le encantará la nueva cinta Zero Dark Thirty”, escribió Frank Brun en una columna de The New York Times, en referencia al ex vicepresidente que ayudó a acuñar la frase interrogatorio acentuado. Boal rechazó las acusaciones esta semana: La cinta ha sido puesta en contextos políticos y probablemente seguirá estando. Antes incluso de que la escribiéramos, fue etiquetada como un comercial de Obama, lo cual era ridículo. Y ahora se dice que está en favor de la tortura, lo cual es absurdo.

Sin embargo, ha desencadenado un debate genuino, observa Steven Gaydos, director ejecutivo de Variety. “La gente marchó en las calles contra George Bush; hubo rechazo e indignación ante las fotos de Abu Ghraib. Zero Dark Thirty aborda con franqueza el uso de esas tácticas, pero es neutral. Y hay personas, como John McCain, que dirán: ‘No podemos ser neutrales ante la tortura; no funciona, y un artista debe adoptar una postura en contra de ella”.

Se puede demostrar que por lo menos la aseveración de que la cinta es un comercial de campaña de Obama carece de sustento. El propio Obama está casi ausente y, según escribe Peter Bergen, analista de seguridad nacional de CNN y uno de los pocos periodistas occidentales que entrevistaron a Bin Laden, la única vez que el presidente aparece “es en un segmento de una entrevista con 60 Minutes, en el cual critica el uso de la tortura. A esas alturas en la cinta, el público ya ha visto que la CIA usó técnicas de interrogatorio coercitivo en un detenido de Al Qaeda, las cuales produjeron un dato esencial para la cacería de Bin Laden. En la cinta, la oposición de Obama a la tortura parece equivocada y puritana.”

En otros pasajes de la película se critica implícitamente la cautela del presidente, quien exige confirmación y más labor de inteligencia para demostrar que el ocupante del complejo de Abbottabad es en verdad el cerebro de Al Qaeda. Obama necesitó nueve meses para ordenar la incursión desde el momento en que se identificó la ubicación de Bin Laden, con gran frustración de Maya, a quien un asesor de la Casa Blanca dice a modo de explicación: El presidente es un tipo reflexivo y analítico.

Programado en un principio para estrenarse en octubre, el filme fue pospuesto para después de la elección presidencial, luego de los aullidos de los legisladores republicanos. En algunos países de Medio Oriente, como Líbano y Qatar, el estreno se ha pospuesto indefinidamente, por temor a inflamar tensiones locales.

Guerra del terror

Zero Dark Thirty ha sido elogiada como la versión más precisa en la pantalla hecha hasta ahora sobre la guerra al terror. Y pudo haber sido una cinta enteramente distinta, aunque también susceptible de ser acusada de parcialidad: cuando Bin Laden fue asesinado, Bigelow y Boal llevaban tres años desarrollando un guión sobre el fracaso de Washington en encontrarlo. Hicieron trizas ese libreto y empezaron de nuevo.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya