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La compositora, una de las grandes, junto a María Greever y Consuelo Velázquez, murió el domingo

Ema Elena Valdelamar dejó media centena de temas inéditos y 40 éxitos

Rayando el piso llegué, no a ser famosa, pero sí a tener un lugar entre mi pueblo; mis canciones se han tocado en el mundo tal vez entre 50 y 60 años, dijo en octubre pasado durante un homenaje

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La compositora Ema Elena Valdelamar, en su casa, en junio pasadoFoto María Luisa Severiano
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De niña me aprendía letra y melodía. Si no me gustaba la letra, en un cuaderno apuntaba la original y a un lado la que yo creía que debía llevar, comentó la compositora en entrevista con La Jornada. Imagen captada en su casa, en junio pasadoFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de diciembre de 2012, p. 7

“Nací compositora. El que se hace compositor es otro tipo de autor, y hay diferencias, según mi pensamiento… quizá algunos maestros opinen otra cosa”, expresó a La Jornada en abril pasado Elena Valdelamar, creadora de canciones inmortales que se oyen desde el siglo pasado en voces de intérpretes como Pedro Vargas, Benny Moré, Javier Solís, Lucha Villa, María Victoria y Luis Miguel.

Elena Valdelamar, autora de éxitos como Cheque en blanco y Mucho corazón, quien perteneció al selecto grupo de maestras de la composición, como María Greever, Consuelo Velázquez y Chabuca Granda, falleció por causas naturales el pasado 23 diciembre, a los 87 años de edad. Sus restos fueron velados el lunes con una ceremonia encabezada por el maestro Armando Manzanero.

Valdelamar recibió en octubre pasado un homenaje en la Fonoteca Nacional, en el ciclo La música popular mexicana a través de sus canciones. En ese recinto, comentó: Estoy muy contenta, muchas gracias por mantener vivas mis canciones después de tantos años; gracias por todo el amor que me han dado. Rayando el piso llegué, no a ser famosa, pero sí a tener un lugar entre mi pueblo, mi gente; mis temas se han tocado en el mundo tal vez entre 50 y 60 años. Es para mí una satisfacción enorme, aunque nadie sepa quién es Ema Elena Valdelamar, dijo la compositora, cuyas canciones no sólo se han mantenido vigentes durante más de cinco décadas, sino que han sido interpretadas en diversos idiomas y géneros.

Valdelamar, quien a los 17 años compuso Los mil besos, tenía 15 años cuando entró al concurso de aficionados de la XEW, en el que me preguntaron si tenía padrino; les dije que el mío, el de bautizo, había muerto hace mucho, pero alguien insistió en que si detrás de mi carrera estaba un diputado o un senador. A lo que respondí, que nadie estuvo conmigo, señaló esa noche.

En la entrevista citada, Valdelamar dijo: “Doy gracias a Dios porque me hizo compositora. Yo no fui descubriendo nada. No fui descubriendo eso que llaman talento. De niña me aprendía las canciones, pero no sólo eso, pues me interesaba saber quién era el autor. Cuando uno hace eso a los ocho años creo que se trata de un don especial. Me aprendía letra y melodía. Si no me gustaba la letra, en un cuaderno apuntaba la original y a un lado la que yo creía que debía llevar (...) En segundo (de secundaria) escribí mi primera canción y la empecé a cantar. Llegaron juntas la letra y la melodía. Esto no siempre se da; tan sólo en una que otra composición.

“Para que no se perdiera esa primera canción pedí a varias de mis compañeras que se aprendieran una parte cada una. Así la memoricé; aunque nos sacaron de la clase y nos pusieron cero en conducta, llegué a mi casa con una pieza. Mi hermana me acusó con mi papá porque me habían sacado de la clase por una canción. Mi papá, Darío, no se enojó. Mi mamá se llamaba Victoria, pero a ella no le gustaba que me agradara la música. La avergonzaba que uno quisiera ser artista, pero mi papacito me apoyaba y me pedía que le cantara; me preguntaba qué había hecho. Claro, tenía 12 años…”

Mucho corazón tiene más de 900 versiones

Algunas de las piezas de Valdelamar se han interpretado infinidad de ocasiones. De Mucho corazón, pieza que lanzó a la fama Benny Moré en 1950, hay alrededor de 900 versiones, entre las que destacan las de Tania Libertad y Luis Miguel. Mil besos tiene también unas 900 versiones. Mucho corazón la escribió por un enamorado, un pretendiente, muy guapo, de cuarenta y tantos años, un hombre que me gustó. Lo conocí donde trabajaba de cajera. Fue a comprar algo y me invitó a tomar un café al día siguiente. Llevé de chaperona a una compañera, pues finalmente yo tenía 17 años y él más de 40.

Una de las canciones fundamentales, Cheque en blanco, que es de principios de los años 60, la hice por una venganza personal. Cuando la cantaba decía a los señores que no era para todos, sino para uno en especial, uno que me hizo una mala jugada, ¡y se la cobré! A los demás les canto el resto. Fue un éxito. La grabó primero Chelo Silva.

Elena Valdelamar dejó medio centenar de canciones inéditas y cerca de 40 éxitos musicales, algunos de ellos interpretados en todos los idiomas, así lo aseguró Darío de León Valdelamar, heredero del legado de la última gran cantautora mexicana.

Darío de León afirmó que ya no quedan compositoras de la talla de Greever, Velázquez y su madre: “Digo que ya no quedan porque esas tres creadoras supieron sobreponerse a una sociedad machista en la que los hombres humillaban a las mujeres y Ema Elena fue ejemplo de lucha; la prueba está en el tema Cheque en blanco, dedicada a un patán que creyó que con regalos se compraba la voluntad de una dama”.

Abundó que la última voluntad de su mamá fue que no le lloraran en su sepelio, ni tampoco que le hicieran homenajes póstumos, sino que simplemente la recordaran con cariño a través de sus canciones.

Destacó que más allá de pensar que Ema Elena dejó de existir, mi madre se sacó una beca al cielo y creo que está mucho mejor que aquí. Además, ella siempre me pidió que la incineraran y que no le tomaran fotografías o video en estado inconveniente de salud, quería que la recordáramos con esa expresión de belleza que siempre tuvo.

Explicó que incluso en la Universidad Nacional Autónoma de México existe una materia de sicología en las que se estudian algunas letras de sus canciones, por los mensajes tan directos que imprimía en sus temas en momentos en que la sociedad estaba regida por hombres.

Nunca encontró a su pareja ideal. Mi madre era talentosa e inteligente y para su época los hombres no toleraban ni valoraban a una mujer así. A los varones de su época no les gustaba que ellas fueran más que ellos; incluso sufrió porque mi abuela era muy conservadora y no la dejaba ser como ella quería, afirmó.