Tiene mil 200 años y es parte de un complejo funerario descubierto en ese sitio de Oaxaca
Jueves 20 de diciembre de 2012, p. 6
Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron una cuarta tumba en el sitio prehispánico de Atzompa, en el estado de Oaxaca, donde se habían localizado tres criptas en un complejo funerario de esa zona, abierta al público el pasado septiembre.
De acuerdo con los especialistas, el entierro debió pertenecer a una familia zapoteca de un estrato social medio, al servicio del grupo gobernante de Atzompa, uno de los núcleos de Monte Albán, localizado a una distancia aproximada de cuatro kilométros.
En la tumba de mil 200 años de antigüedad, la cual se encontró intacta, se hallaban depositadas las osamentas de dos adultos. El contexto indica que uno de ellos falleció primero, sus restos fueron removidos tiempo después al fondo de la cripta para depositar el cuerpo de un segundo personaje, razón por la que el esqueleto de éste se halló en la posición en que fue enterrado (boca arriba)
, informó el INAH en un comunicado.
En julio pasado fueron descubiertas tres cámaras funerarias dentro de un templo del sitio prehispánico que se ubica en la cima de el cerro El Bonete, a unos ocho kilómetros de la ciudad de Oaxaca.
El hallazgo, cuyas características no se habían registrado en la región, cambió la percepción que se tenía
. Además de que ocurrió dentro de un edificio diseñado exclusivamente para albergar una serie de tumbas, colocadas en forma vertical, una sobre otra, y que no son subterráneas.
En ese entonces, se mencionó que este sitio funcionó como una pequeña ciudad satélite de la urbe zapoteca de Monte Albán, donde residían sacerdotes y gobernantes, posiblemente pertenecientes a un linaje que se ubica entre los años 200 y 900 dC.
El reciente hallazgo de la cuarta tumba ocurrió durante los trabajos arqueológicos realizados por el INAH para salvaguardar los restos de una antigua vivienda, en el sitio prehispánico de la etnia indígena zapoteca que apenas fue abierto al público el 18 de septiembre.
La relevancia del nuevo descubrimiento del espacio doméstico y su tumba, de acuerdo con los especialistas, consiste en que ayuda a comprender que el complejo central de la antigua urbe de Atzompa no sólo consistía en un área cívico-ceremonial, sino también habitacional.
La tumba fue localizada debajo del piso de la habitación principal de la vivienda, un espacio subterráneo que mide 1.90 de largo, y dentro se extiende 80 centímetros, al que se accede por una entrada de 54 centímetros, detalló la arqueóloga Laura Mendoza Escobar, quien encabezó los trabajos de rescate.
En el umbral de la tumba se depositó una ofrenda, con cuatro vasijas efigie, una de las cuales representa a Cocijo, dios zapoteca de la lluvia, que es reconocido por la boca y la nariz con aspecto de una máscara bucal de reptil, así como por el glifo C, relacionado con el maíz.
Respecto de la vivienda, la investigadora del INAH indicó que se halla en un área ubicada en la ladera este del sitio, donde ya se habían detectado espacios habitacionales, pero sin la presencia de entierros.