En la historia de la onda lacrimógena latinoamericana, el grupo chileno Los Golpes desempeña una labor artístico-musical trascendente y ocupa un lugar especial en el corazón de quienes derraman miel sobre hojuelas, desde los años 70.

Dos de sus canciones aún se escuchan en estaciones en los que la balada es la reina de la programación. Es decir, están vigentes, y más porque forman parte de antologías legales y piratas que se venden en el Metro.

De visita en México para abrir la posibilidad de conseguir contratos para presentarse por primera vez en los escenarios de este país, Fernando Bustamante, fundador y voz actual de Los Golpes, conversó en una entrevista con La Jornada, en la que expresó que lamentaba llegar hasta ahora a este territorio, donde sólo se conocen dos de sus éxitos: Olvidarte nunca y Vete ya.

Esta agrupación romántica remonta su historia a 1966, cuando los hermanos Bustamante integraron The Black Chilean. En 1968 recorrieron varias localidades del norte de Chile y en 1970 se dio la relación con la disquera EMI-Odeón, en la que, se informa en Internet, Jorge Oñate les pide una prueba musical; después de escucharlos, los hace grabar su primer sencillo y les solicita que hagan el cambio de su nombre como grupo, y propone Los Golpes.

Bustamante explicó que son líricos y al empezar a tocar chasqueaban, por lo cual Oñate les dijo que así no era la cosa y que lo adecuado consistía en dar golpes con las baquetas. De ahí surgió el nombre, precisó. En esos años no teníamos instrucción musical. Somos autodidactas y románticos desde nuestro nacimiento.

Movimiento romántico de Al

Añadió que en los años 70 en Chile se oían ellos, Los Ángeles Negros, Los Galos. “Allá, surgió el movimiento romántico de América Latina. Así es. De la película El bueno, el malo y el feo me llegó la inspiración de nuestro sonido. Utilizamos el distorsionador y otras herramientas, que le dieron fuerza al grupo.

“Un ejecutivo de la disquera, Raúl Córdova, hizo la letra de Olvidarte nunca y nos la regaló. Nosotros, en dos horas hicimos la música. ¡Jamás pensé que esa canción se convertiría en un himno al amor!”

Son originarios de la Oficina Salitrera Alianza y la música fue un salvavidas. Pasaron a Topovillas y de ahí a Santiago de Chile, donde radican. “Tuvimos problemas con la discográfica, que nunca nos permitió salir del país, por lo cual nuestra historia es absolutamente distinta a la de Los Ángeles Negros, que viven aquí, en México. EMI-Odeón nos frenó. Hay que entender que Chile es una especie de isla en el continente y muy poco se sabe de lo que pasa ahí, en lo musical. Durante el trance del golpe militar nos fuimos a vivir a Buenos Aires, donde estuvimos ocho años. Por desgracia, en México sólo sonaron dos temas, pero tenemos más de cien grabados, en unos 10 discos. Lamentamos no haber venido hace 30 años. Es una lástima. Es más, Olvidarte nunca iba a ser película aquí, en México, pero esta idea la supe 15 años después, por medio de una revista.

En México y Chile la música está muy arraigada y creo que es muy similar, tal vez porque somos demasiado románticos. La ranchera se toca mucho en nuestro país; paralelo a ello, nosotros y otros no nos oímos mucho acá.

Él y su hermano Mario saben que a pesar de todo el fin de su carrera está cerca. Ya algunos de sus hijos forman parte del grupo. Antes de retirarnos queremos mostrar a este país lo que sabemos, nuestro sonido. Ojalá un día podamos decirles adiós y colgar la guitarra. Estamos en conversaciones para tocar aquí en 2013.