omo muestra del respeto que los funcionarios tienen de la laicidad del Estado mexicano y muestra de lo que es el nuevo Partido Revolucionario Institucional (PRI), el gobernador de Michoacán encabezó con el arzobispo de Morelia una peregrinación al Vaticano. La integraron cien personas. El pretexto: entregar al Papa diversos regalos, entre ellos dos nacimientos elaborados por artesanos de esa entidad. También llevaron a la cocinera tradicional Benedicta Alejo Vargas. El gobernador y un pequeño grupo pudieron saludar de mano al pontífice. Seguramente los peregrinos pagaron de su bolsillo el costo del viaje, pues es muy grave la situación económica por la que atraviesa el gobierno estatal a la que se agrega la de tipo social y de seguridad que padecen los michoacanos. Cabe señalar que en su más reciente libro, Benedicto XVI desmiente en unas cuantas líneas la creencia de que Jesús nació en un pesebre rodeado de una mula y un buey. Además, asegura que nació siete años antes de lo que la Iglesia católica tiene establecido, y que tampoco hubo estrella alguna guiando a los reyes magos, que ni eran reyes ni magos. Pero, fiel a la tradición, inauguró un gigantesco nacimiento
en la plaza de San Pedro elaborado por artesanos italianos.
Mientras el gobierno de Michoacán gasta en lo que no debe, por enésima vez las autoridades de la ciudad de México anuncian el rescate de Xochimilco, especialmente de su área lacustre a fin de evitar que la mancha de asfalto y la contaminación acaben con ese patrimonio de la humanidad. Para llevar adelante el rescate se creó una autoridad para dicha zona, que incluye igualmente las delegaciones Milpa Alta, y Tláhuac. Al frente de la nueva dependencia estará el antropólogo Gustavo Alonso Cabrera. Nada fácil será su tarea, pero dispone de suficiente información sobre los problemas que existen en esa parte de la ciudad y la forma de solucionarlos. Como la generada cuando el entonces regente Manuel Camacho encargó a la doctora Alejandra Moreno Toscano la conservación del área lacustre. En esa encomienda participaron los lugareños más expuestos a los daños causados por el avance de la mancha de asfalto. Y, de manera especial, Jorge Legorreta, defensor del medio ambiente y la cultura local.
También existen estudios recientes de reconocidos especialistas. Baste citar los del grupo que en la Universidad Autónoma Metropolitana dirige el arquitecto Alberto González Pozo. Parte de esos trabajos fueron divulgados en enero del 2011 en un número especial de La Jornada Ecológica: Las chinampas en los inicios del siglo XXI
, se tituló. Y en mayo pasado, otro grupo, coordinado por el doctor Horacio de la Cueva, ofreció una visión de los desajustes ambientales y sociales que tienen lugar en esa parte de la ciudad con el título: Xochimilco: de la chinampería sustentable, al desastre ecológico.
Así como el rescate de Xochimilco suma voluntades, también lo logró el proyecto para gravar la venta de refrescos y bebidas endulzantes como forma de reducir la obesidad y el sobrepeso en México. En Estados Unidos la obesidad se ha reducido en ciudades como Nueva York y Los Ángeles, donde las autoridades decidieron tocar los intereses de las refresqueras con diversas medidas. En el vecino país las enfermedades ocasionadas por la obesidad afectan a millones de personas. En especial pobres, con menos oportunidad de disponer de una alimentación balanceada.
Pero, a diferencia de Estados Unidos, las trasnacionales refresqueras finalmente impusieron sus intereses particulares a los de la sociedad y el proyecto para que paguen más impuestos lo enterraron los legisladores. Las refresqueras alegan que sus productos proporcionan calorías, y elaborarlos, empleos. Y que el problema de la obesidad y los males que ocasiona no se resuelve con más impuestos sino con campañas educativas en pro de la buena alimentación y el ejercicio físico. Pero esas campañas son nada frente a la publicidad machacona y engañosa de las trasnacionales y a la falta de agua potable en todo el sistema educativo, centros de salud, hospitales, oficinas de gobierno. Con razón México es campeón en consumo de refrescos, obesidad y sobrepeso, en diabetes.