Lugar de maravillas: arqueología en Pacific City, de Verónica Velásquez Sánchez-Hidalgo
Un grupo de colonos de EU y Europa llegó en 1886 a la bahía de Topolobampo, siguiendo a su líder, Albert K. Owen, a quien en un sueño profético
se le reveló la Ciudad de la Paz
Lunes 17 de diciembre de 2012, p. 9
Con el título Lugar de maravillas: arqueología en Pacific City, la arqueóloga Verónica Velásquez Sánchez-Hidalgo presenta su investigación sobre un grupo de pobladores del siglo XIX y sus anhelos de construir una comunidad socialista en Sinaloa.
Publicada por la editorial Axial/Colofón, dicha investigación trata la historia de un grupo de colonos provenientes de Estados Unidos y Europa, que llegaron al norte de Sinaloa en 1886, a la bahía de Topolobampo, donde permanecieron hasta 1894, siguiendo a su líder, el ingeniero Albert K. Owen, quien tuvo una especie de sueño profético, para construir la Ciudad de la Paz
.
Una comunidad en la que todos fueran iguales, donde rigiera la hermandad, la felicidad y la armonía. La idea era construir un verdadero cielo en la tierra.
Mediante el ejemplo, el grupo de colonos enseñaría al mundo que sí es posible cambiar las condiciones de desigualdad que prevalecían en el mundo capitalista de aquel momento.
Por ello, implementaron ciertas estrategias de subsistencia, contrarias al capitalismo, para de esa manera cambiar el mundo
, comentó la especialista.
Tomando en cuenta que hoy día hay tantas comunidades utópicas, apocalípticas, mesiánicas o milenaristas, con fundamentos religiosos, como Waco, Jim Jones o la Nueva Jerusalén, Velásquez Sánchez-Hidalgo consideró como una buena oportunidad aproximarse a conocer, entender y dar a conocer aquel experimento social utópico encabezado por Albert K. Owen en tierras mexicanas.
De acuerdo con la arqueóloga, Owen se basó en los pensadores utopistas Charles Fourier, Robert Owen, Henri de Saint-simón y Tomas Moro, entre otros, quienes se proponían transformar el mundo
.
Con base en distintas ideas, Albert K. Owen diseñó una ideología, la cual se sustentaba en la cooperación integral. “Se basó en principios cuáqueros, es decir, había una ética protestante sobre la cual construyó su modelo de comunidad alternativa.
A diferencia de un ascetismo místico, los colonos practicaban una especie de ascetismo racional, en el que las personas deciden cambiar las condiciones de vida y del mundo aquí y ahora, sin esperar la vida celestial prometida después de la muerte.
Esta investigación se constituyó como su tesis de maestría en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), originalmente con el título Aquí y ahora, lugar de maravillas: la arqueología de una utopía de finales del siglo XIX en Sinaloa.
La colonia no prosperó
Durante su investigación, Velásquez Sánchez-Hidalgo logró recuperar diferentes instrumentos musicales; documentos, como censos de mortandad y natalidad; registros de ocupaciones; parte del periódico que publicaban y mandaban a otras parte del mundo, para que se integrara más gente a la construcción de esta utopía que llamaban Ciudad de la Paz.
El propósito era construirla en la bahía de Topolobampo, pero nunca se edificó como tal y los colonos permanecieron esparcidos a lo largo del valle de El Fuerte, Sinaloa, sin lograr concretar su plan, porque enfrentaron problemas: sequía, hambre, calor y enfermedades, como desintería o tifoidea.
Lamentablemente, nunca fueron autosuficientes. Tenían hortalizas y cultivos, pero dependían de los productos y mercancías que recibían desde Estados Unidos. No obstante, y mucha gente no lo sabe, lograron construir un canal enorme de irrigación que se utiliza hasta el día de hoy en El Fuerte, nombrado canal de los Tastes, lo que contribuyó al desarrollo agrícola de la región
, señaló la especialista.
La investigación integra fotografías de un archivo de la Universidad de California, imágenes que captó un fotógrafo integrante de la colonia.
Este libro es la historia de una utopía, que permite descubrir a una comunidad alternativa que quiso construir un mundo mejor
.