El Pacto por México no tiene una sola palabra en relación a los acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígenas, y tampoco hace referencia alguna a la soberanía alimentaria y energética, criticaron agrupaciones sociales en un análisis enviado al PRD, con el objetivo de que ese partido promueva la inclusión de ese tipo de organizaciones en la discusión de los compromisos que contiene el acuerdo, y que no sólo acudan personajes destacados, como prevé el propio documento.

Mientras tanto, el secretario general del Sol Azteca, Alejandro Sánchez Camacho, resaltó que la iniciativa de reforma educativa –enviada por el Ejecutivo al Congreso como parte del pacto–, no toca la estructura de poder de la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, y por ello la disposición del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de respaldar las modificaciones legislativas en la materia.

Consideró que a algunos diputados se les queman las habas por aprobar el citado documento, cuando deberían tomarse el tiempo necesario para analizarlo, dado que el educativo es un tema estratégico para el país y no puede resolverse sobre las rodillas.

Sánchez Camacho estimó necesario llevar a cabo una consulta entre los maestros, pues la iniciativa del Ejecutivo no cuenta con su opinión.

Mientras tanto, Gilberto Ensástiga, miembro de la Comisión Política del PRD, informó que integrantes de organizaciones sociales han pedido a este partido que garantice y asuma el compromiso de involucrar a las agrupaciones sociales en las discusiones del Pacto por México y las reformas legislativas que de éste deriven, ya que se trata de organizaciones que por décadas han luchado por los indígenas, el agro y los derechos fundamentales de la población y, por tanto, amplias conocedoras de esos temas.

Dichos grupos consideran que el convenio, tal como se encuentra, puede catalogarse como un pacto entre partidos y para políticos.

Entre los temas que el convenio dejó de lado, se encuentran los acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígenas y la perspectiva de género, mientras otros se abordan con ambigüedad, como es el caso del energético.