Rechazan los productores la iniciativa por la que se gravaría el consumo
Sólo proporcionan calorías sin nutrimentos que contribuyen al sobrepeso y obesidad, advierten
Los mexicanos son más propensos a presentar diabetes por cuestiones genéticas, lo que conjugado con un estilo de vida sedentario se vuelve un detonante de enfermedades, señaló Antonio Gómez Mujica. En la imagen, venta de refrescos tras la aprobación, en 2006, del impuesto a esas bebidasFoto Carlos Cisneros
Jueves 13 de diciembre de 2012, p. 43
Médicos especialistas en la atención de diabetes y enfermedades cardiovasculares aseguraron que los refrescos no son necesarios para la alimentación de las personas, pues sólo proporcionan calorías vacías (sin nutrimentos) y grandes cantidades de azúcares que contribuyen al problema del sobrepeso y obesidad en el país, el cual ya representa una carga financiera importante: 67 mil millones de pesos invierte el sistema nacional de salud en la atención de los males asociados a esta condición física.
Antonio Gómez Mújica, presidente médico electo de la Asociación Mexicana de Diabetes, afirmó que el principal detonante de la alteración metabólica es el exceso de peso corporal, y todavía más cuando una persona recibe el diagnóstico del padecimiento, porque ya lleva alrededor de 11 años con niveles elevados de glucosa.
En conferencia de prensa, Gómez también resaltó que los mexicanos son más propensos a presentar diabetes por cuestiones genéticas, lo que al conjugarse con un estilo de vida sedentario y una alimentación rica en grasas, sal y azúcar, dan como resultado sobrepeso, obesidad y enfermedades crónico-degenerativas como cáncer de colon, alteraciones osteoarticulares y cálculos en la vesícula, entre otros.
Eduardo Meaney, secretario de la Asociación Mexicana para la Prevención de la Aterosclerosis y sus Complicaciones, refirió los resultados de una encuesta según la cual, hace 10 años los alimentos de mayor consumo en el país eran la leche entera y los refrescos de cola. Las familias consumían mensualmente alrededor de cuatro kilogramos de azúcar, más lo que contienen los panes.
Beatriz Champagne, directora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón, recordó que México está en la primera fila
en cuanto a consumo de refrescos en el mundo. Por eso, el proyecto para gravar estos productos sería de beneficio para la salud de las personas, pues las acciones voluntarias no son efectivas y toman demasiado tiempo para dar resultados.
Sobre la iniciativa promovida por el PAN en el Senado, Constanza Gómez Mont, de la Plataforma Estratégica contra el Sobrepeso y la Obesidad, resaltó la importancia de que los legisladores tomen en serio la propuesta y contribuyan a que el país empiece a emprender acciones contra el sobrepeso y la obesidad que afecta a 70 por ciento de la población.
En contraste, la Unión Nacional de Cañeros manifestó su rechazo a la iniciativa de gravar con 20 por ciento al consumo de refrescos, al considerar que la industria estaría en la disyuntiva de trasladar el costo del impuesto al consumidor o procurar insumos de precio inferior.
Según sus cálculos, se dejarían de utilizar cerca de 500 mil toneladas de azúcar de caña, lo que pondría en riesgo la economía de 12 millones de personas que viven de esa industria en 227 municipios cañeros de 15 estados de la República.
Su dirigente, Carlos Blackaller, afirmó que usar otros insumos podría acentuar el problema de obesidad, ya que de acuerdo con diversos estudios el jarabe de fructosa o los edulcorantes artificiales ocasionan la acumulación de grasa en el organismo.
Las 500 mil toneladas estimadas por la agrupación, dijo, representarían poco más del 9 por ciento de la producción nacional de caña de azúcar, por lo que llamó a legisladores a rechazar la iniciativa y evitar daño económico a los productores, que este ciclo enfrentan una caída de 30 por ciento en sus ingresos, equivalentes a 8 mil millones de pesos.