Londres, 10 de noviembre. El primer ministro británico, David Cameron, calificó este lunes de tragedia absoluta la muerte -a la que se refirió como suicidio- de la enfermera engañada por dos locutores que se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos para obtener noticias de Catalina.

Pensé que era completamente espantoso cuando escuché la noticia del suicidio de esta enfermera, que trabajaba increíblemente duro y que obviamente era muy dedicada, declaró el jefe de gobierno conservador.

Lo siento muchísimo por ella y por su familia. Es una tragedia absoluta que haya ocurrido esto y estoy segura de que todo el mundo querrá reflexionar sobre cómo se pudo permitir que pasara, agregó en un encuentro con periodistas.

Jacinta Saldanha, de 46 años, la enfermera que contestó el martes a la llamada de la falsa reina y se la transmitió a una compañera que atendía a la duquesa Catalina, ingresada desde la víspera por una complicación relacionada con su reciente embarazo, fue hallada muerta el viernes por la mañana.

La prensa británica habló desde el principio de un suicidio, aunque la autopsia no se llevará a cabo hasta el martes, según anunció el lunes la policía sin precisar cuándo podrían conocerse los resultados.

El esposo de la enfermera india católica, Benedict Barboza, y sus hijos Lisha, de 14 años, y Junal, de 16, dieron las gracias el lunes por todo el apoyo y las muestras de afecto que han recibido, en su primera aparición pública en Londres, en compañía del diputado británico Keith Vaz.

El hospital King Edward VII, donde Saldanha trabajaba desde hacía cuatro años, afirmó este lunes que no mantuvo ningún contacto con la emisora australiana 2Day FM entre la realización de la llamada falsa pregrabada y su difusión, y anunció la apertura de un fondo en memoria de la difunta, e invitó al público dentro y fuera del Reino Unido a hacer donaciones.

Por su parte, la emisora australiana dijo que trató de establecer contacto con la gerencia del hospital Rey Eduardo VII y los locutores de la radio, Mel Greig y Michael Christian se disculparon y declararon que lamentaban profundamente la muerte de la enfermera en un programa de televisión de ese país.