La era del dominio absoluto de Manny Pacquiao en el boxeo aún no ha llegado a su fin, opina el presidente de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Francisco Valcárcel. La derrota violenta ante el mexicano Juan Manuel Márquez sólo fue un accidente, una probabilidad que pudo inclinarse para cualquier extremo, considera el titular del organismo que avaló el reconocimiento otorgado al vencedor como campeón de la década.

El resultado asombroso no lo fue tanto para Valcárcel, pues asegura que la rivalidad que construyeron estos púgiles anticipaba que pronto se resolvería de manera contundente, con un nocaut demoledor entre dos contendientes que se conocen a la perfección.

“Fue una pelea que rebasó las expectativas; creo que no habíamos visto un combate parecido desde que se enfrentaron Muhammad Alí y Joe Frazier en la trilogía que culminó en Thrilla in Manila en 1975”, dice. Esta estuvo al nivel de las mejores peleas de la historia.

Lo que iba a ocurrir, entonces, le resulta incluso un tanto predecible en la medida que las tres contiendas habían abierto un margen de polémica sobre quién había sido el vencedor.

Yo tengo mi opinión al respecto, pero me la reservo por el cargo que ocupo en la OMB, señala. Esta cuarta batalla era su oportunidad de sepultar cualquier sombra de duda y eso los condicionaba a luchar por una victoria contundente. Cualquiera podía noquear, ambos iban a buscarlo.

Sin embargo, la derrota del filipino no representa el fin de su poderío en este deporte; por el contrario, Valcárcel está convencido de que ahora resulta más atractiva la permanencia de ambos púgiles en el boxeo y la posibilidad de una nueva edición de esa rivalidad.

Por el desenlace de esta pelea estoy seguro de que la gente ahora está más interesada en verlos otra vez frente a frente, estima el titular de la OMB, y da un ejemplo que considera revelador: Antes las apuestas eran dos a uno, pero ahora son uno a uno; es decir, es una contienda a pique, pareja y que resulta más emocionante.

Tampoco cree que el brutal nocaut que Pacman sufrió ante Márquez anticipe el ocaso de su carrera. Recuerda que eso lo vivió Roberto Mano de Piedra Durán ante Tommy Hearns, pero no significó el fin; después de esa derrota el panameño todavía tuvo 36 combates.

Eso le puede pasar a cualquiera, porque es un deporte fuerte; no será ni el primero ni el último en caer de esa manera, pero después se levantó y afortunadamente los estudios médicos indican que está bien, dice Valcárcel.

Si le recomiendan que se retire, sobre todo en su país, es más porque quieren verlo concentrado en su carrera como político, pero no porque no crean que aún puede hacer cosas interesantes en el boxeo.

Esa derrota no ha afectado la rentabilidad comercial de Manny Pacquiao. Valcárcel considera que incluso pudo haberlo cotizado aún más, pues la rivalidad ahora no sólo es deportiva, sino histórica.

Nadie quiere en el retiro a esos dos peleadores, porque no se les ha acabado el tiempo ni el boxeo; insisto, una quinta contienda es más interesante que nunca, advierte. A Juan Manuel Márquez, por ejemplo, le espera la bolsa más grande de su carrera, y será precisamente ante Pacquiao. Ambos se necesitan.