Patricia Aulestia no se queda quieta. La danza la mantiene en movimiento, antes en el escenario y desde hace varios años como investigadora acuciosa que indaga en sitios insospechados para rescatar del olvido y la marginación a bailarines y coreógrafos. Ahora publica un libro en el que analiza la incursión de este arte en la televisión, el cine, el teatro y los centros nocturnos.

En La danza: hoja de papel volando, publicadas en el diario Cine Mundial entre 1953 y 1963 título de la novedad editorial, hace un recorrido histórico por ese quehacer artístico, a través de las páginas de una publicación que dio amplio espacio a las diferentes expresiones y géneros de ese arte. Registró el acontecer en el ballet clásico, folclórico, moderno y también de otras variantes.

Desde la trinchera

En el prólogo de libro, César Delgado afirma: Aulestia consolida la comprensión y el estudio de la danza y lo hace desde una trinchera olvidada y, a veces, ninguneada: los bailarines, que tanto ahora como en el pasado, se desdoblan en actividades múltiples: de la danza culta a la popular (...) y del gran festival cultural a la frivolidad de una noche encantadora.

La obra, que se presentará hoy en la Estela de Luz, también es un homenaje a uno de los directores de ese periódico Octavio Alba. Quise que saliera a la luz este diciembre en recuerdo de mi esposo, quien cumple 20 años de muerto, comentó Aulestia.

Cine Mundial surgió en febrero de 1953, un hecho inédito periodísticamente, pues fue un diario especializado en séptimo arte. En 1955, lo compró Emilio Azcárraga y tomó la dirección Octavio Luis Alba. “El diario fue espacio para la crónica de la época de oro del cine mexicano, descubridor de estrellas y semillero de periodistas, como Jacobo Zabludovsky, Regino Díaz Redondo, y de caricaturistas como Freyre, Naranjo y Abel Quezada.

Publicó “artículos de fondo sobre el arte coreográfico, comentarios del diario vivir de los protagonistas, abanico de crónicas sobre los distintos géneros (…) pero sobre todo amplios reportajes fotográficos de sus intérpretes”. Fueron textos de plumas de gente como María Luisa la China Mendoza, Ramón Ortiz, Wilberto Cantón o de autores otros países, como el crítico Paul Bourcier.

Así, entre extractos de los textos de prestigiosos periodistas e información histórica bien documentada, que contextualiza los hechos en tiempo y espacio, la autora introduce al lector en el mundo maravilloso de la danza, presente en todas partes.

Patricia Aulestia, fundadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación de la Danza José Limón (que dirigió 10 años), del Instituto Nacional de Bellas Artes, ofrece un panorama de gran riqueza informativa sobre la incursión de la danza y sus ejecutantes en la televisión, en el cine nacional y en los centros nocturnos, así como de lo que sucedía en el ámbito oficial: el cambio de políticas mediante las cuales se desecha la danza moderna mexicana para institucionalizar el ballet clásico.

Intérpretes y coreógrafos

En las páginas de este libro desfilan, sin distinción de géneros, técnicas y tendencias, los nombres de bailarines y coreógrafos artífices de la danza en México en todos los ámbitos, como Gloria Mestre, Laura Urdapilleta, Jorge Cano, Lupe Serrano, José Limón, Guillermo Arriaga, Amalia Hernández, Gloria y Nellie Campobello, Nellie Happee, Gloria Contreras, Guillermina Bravo, Ana Mérida, Colombia Moya, Ninón Sevilla, Yolanda Montes Tongolele, María Antonieta Pons y Mario Moreno Cantinflas, Adalberto Marínez Resortes y Germán Valdés Tin Tan, entre muchos otros.

La danza: hojas de papel volando publicadas en el diario Cine Mundial entre 1953 y 1963 se presentará hoy en la Sala Nellie Campobello del Centro de Cultura Digital Estela de Luz, ubicada en Paseo de la Reforma s/n, esquina, Lieja, en la colonia Juárez, a las 18 horas.