El patrimonio de los productores agropecuarios y campesinos de México es 13.5 por ciento menor al promedio registrado en América Latina y el Caribe, y representa apenas la novena parte del que tienen sus homólogos uruguayos, casi la cuarta parte de los argentinos y la mitad de los colombianos, según cálculos de la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Tras explicar que el patrimonio de un productor del campo se conoce como capital físico agrícola y abarca activos como el aprovechamiento de las tierras, cultivos, animales, maquinaria y equipo, el organismo indica que a nivel regional el capital físico agrícola asciende a 16 mil 761 dólares por productor, pero que en el caso de México es de 14 mil 501 dólares, es decir una diferencia de 2 mil 260 dólares.

En su informe El estado de la agricultura y la alimentación 2012, que comenzó a difundir este jueves, la FAO señala que entre 28 países de la región, México ocupa el lugar número 13 en cuanto al capital físico agrícola por productor, menor al que tienen naciones como Suriname, Guyana, Nicaragua, República Dominicana y Ecuador. Uruguay ocupa el primer lugar de la lista, ya que el capital físico de sus productores agropecuarios es de 132 mil 829 dólares; le sigue Argentina, con 54 mil 165 dólares; Venezuela, con 38 mil 351 dólares; Cuba, con 38 mil 17 dólares, y Colombia, con 28 mil 582 dólares por cada uno.

La FAO destaca que el capital físico por trabajador agrícola es más importante que el volumen total que acumule cada país, porque representa uno de los principales factores determinantes de la productividad de la mano de obra y los ingresos de la producción, así como en la sustentabilidad ambiental.

Además, señala que está relacionado con los ingresos per cápita, ya que países con bajos ingresos tienen poco capital agrícola por trabajador, por lo que la piedra angular para mitigar la pobreza es aumentar ese patrimonio de los agricultores.

Sin embargo, el organismo advierte que las inversiones se están quedando rezagadas, presionadas por los acontecimientos económicos mundiales y los precios de los alimentos. Añade que las diferencias en la composición del patrimonio o capital físico de los agricultores es notable entre países con altos ingresos respecto a los de bajos ingresos, y ejemplifica que en los primeros la maquinaria y los equipos representan más de 40 por ciento de los activos físicos totales, cuando en los segundos apenas llega a 3 por ciento.