El pianista, que cumpliría hoy 92 años, amaba la libertad de la improvisación
Take Five y Blue Rondo a la Turk, algunos de los éxitos de la fructífera carrera del compositor
Siempre fue fiel al estilo: uso del contrapunto, de la polifonía y la experimentación de ritmos
Jueves 6 de diciembre de 2012, p. 8
Nueva York, 5 de diciembre. De pelo blanco, grandes anteojos y largos dedos, el pianista de jazz Dave Brubeck seguía tocando hasta hace pocos años en el legendario club neoyorquino Blue Note.
En ese entonces tenía casi 90 años, pero seguía deslumbrando al público con sus legendarios éxitos, como Take Five o In Your Own Sweet Way.
Brubeck, considerado uno de los mejores músicos de jazz de todos los tiempos, murió este miércoles, justo un día antes de su cumpleaños 92. El músico iba camino a una revisión de rutina en un hospital de Connecticut cuando sufrió un infarto, informaron medios estadunidenses citando a su mánager de años.
Falleció esta mañana de un paro cardiaco. Fue inesperado. Preparábamos una gran fiesta para el domingo, ya que mañana (hoy) iba a cumplir 92 años
, dijo Rissell Gloyd.
Brubeck sacó el jazz de los bares subterráneos llenos de humo y volvió apta para salas de concierto la música de improvisación. Incluso llevó su música al templo de la de concierto: Leonard Bernstein dirigió en 1959 en el Carnegie Hall de Nueva York el estreno de Dialogues For Jazz Combo and Orchestra, de Brubeck, con la Filarmónica de Nueva York.
Concierto eternizado en un disco
Cuatro años después, el Dave Brubeck Quartet se presentó solo en el mismo teatro con entradas agotadas. El concierto quedó eternizado en el álbum At Carnegie Hall, que se volvió un clásico.
Brubeck creó la música más bella que se ha tocado desde que el jazz llegó al mundo
, escribió la revista Time, que dedicó la portada al pianista como segundo músico de jazz después de Louis Armstrong.
El álbum Time Out (1959) fue el primer disco de jazz que vendió más de un millón de copias. Contiene los temas Blue Rondo a la Turk, Take Five y Three to Get Ready.
En realidad, David Warren Brubeck, quien nació el 6 de diciembre de 1920 en una granja en California, había querido criar ganado igual que su padre. Sin embargo, su madre, quien también fue pianista, reconoció el talento de su hijo y le dio clases de ese instrumento. A pesar de ello, Brubeck estudió veterinaria, pero luego volvió a pasarse a la música. Entre sus profesores estuvo el compositor francés Darius Milhaud, que lo alentó a probar con el jazz, en ese entonces mal visto por muchos blancos. A él le gustó tanto la libertad de la improvisación, que nunca abandonó la música.
Mientras estudiaba, formó su primera banda. Con el sonido conocido pronto como West Coast Cool, conquistó las salas de conciertos de las universidades en Estados Unidos y sacó al jazz de los pequeños bares. Jazz Goes to College fue un disco muy exitoso.
El Dave Brubeck Quartet, integrado entre otros por el saxofonista Paul Desmond, actuó con estrellas como Stan Getz, Charlie Parker y Dizzy Gillespie en clubes de todo Estados Unidos.
El músico tocó en la Casa Blanca para presidentes estadunidenses.
El cuarteto, cuyos miembros cambiaron muchas veces, efectuó giras mundiales representando al gobierno estadunidense; se volvió tan popular en Europa y Asia que se decía en broma que cuando Washington tenía que arreglar algún problema en esos continentes enviaba a Brubeck.
El estilo Brubeck original
no sólo influenció a varios colegas, sino también a los seis hijos (cinco varones y una mujer) del pianista, que también fueron músicos.
En 1968 formó un nuevo cuarteto con el saxofonista Gerry Mulligan, y en 1972 comenzó a presentarse con dos de sus hijos (Two Generations of Brubeck).
En 1987 escribió una composición coral para la misa pública del papa Juan Pablo II en San Francisco y en 1988 tocó en Moscú durante la cumbre entre los líderes estadunidense Ronald Reagan y de la ex Unión Soviética Mijail Gorbachov.
En los pasados 20 años, Dave Brubeck no dejó de participar en todos los grandes festivales internacionales de jazz, siempre fiel al estilo que lo llevó a la fama: uso del contrapunto, de la polifonía y la experimentación de ritmos.
Doctor honoris causa
Brubech obtuvo numerosas distinciones y reconocimientos, tanto del gobierno estadunidense como de la comunidad artística y académica.
La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos lo nombró leyenda viviente y universidades de su país, Canadá, Gran Bretaña y Alemania le otorgaron doctorados honoris causa.
Brubeck, que tuvo una formación de música clásica, compuso además dos ballets, una comedia musical, cantatas, una misa y varias obras para formación de jazz y orquesta sinfónica, además de muchas piezas para piano.
Su discografía es muy vasta: se inició en 1949 y hasta el momento se cerraba en 2010 con más de cien discos, aunque tras su deceso dará lugar a rediciones y tal vez la publicación de grabaciones inéditas o poco conocidas.
Después de varias operaciones del corazón, Brubeck actuó esporádicamente en Estados Unidos y abandonó los escenarios internacionales. Sin embargo, en su casa, según contó su hijo Chris, nadie lograba apartarlo del piano.