Sao Paulo, 1º de diciembre. Un caótico sorteo determinó lo que se considera el grupo de la muerte de la Copa Confederaciones 2013, integrado por México, Brasil, Italia y Japón.

El duelo inaugural el sábado 15 de junio será entre la verdeamarela y la selección nipona, mientras el segundo día, el 16, tendrá los choques del Tricolor frente a Italia y España contra Uruguay. México se medirá además el 19 a Brasil y el 22 a Japón.

La selección local buscará defender el título ganado en 2009 en Sudáfrica, en tanto que España, campeona mundial y europea, intentará conquistar el único trofeo oficial de selecciones mayores que aún se le resiste.

El calendario dejó además una perla: el desigual choque entre España y la modesta Tahití en un sitio emblemático del futbol, el estadio Maracaná de Río de Janeiro.

El sorteo celebrado en el Centro de Convenciones Anhembi de Sao Paulo fue algo caótico, admitió el propio maestro de ceremonias, el secretario general de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), Jeròme Valcke, quien quizás se quedó corto en la descripción de lo que estaba sucediendo.

El problema estuvo en la bolilla que llevaba el nombre de Uruguay, correctamente sacada del cuenco transparente por la modelo Adriana Lima. A continuación, el chef Alex Atala era el responsable de, eligiendo una bolilla al azar en el cuenco B, determinar la posición de los uruguayos en el sector.

Pero el famoso cocinero se equivocó, introdujo su mano en el cuenco A y tomó la bolilla A3. Valcke no notó el error y ubicó de todos modos a Uruguay en el grupo B, tal como estaba previsto, y en la posición B3: el trasfondo reglamentario es que no puede haber dos equipos de la misma confederación en un pelotón, y en el A ya estaba Brasil.

El error de Atala, que Valcke no advirtió inicialmente, llevó a cambiar de ubicación dos veces a Uruguay al descubrirse que el verdadero B3 era Tahití, posición ocupada por los celestes. De haber discurrido el sorteo por los canales correctos, el España-Tahití del Maracaná podría haber sido un España-Uruguay.

Lo que sucedía en el escenario confundió a todos los presentes, entre los que se incluían la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. Valcke, visiblemente nervioso, se despidió de Atala sugiriéndole que preparase una caipirinha.

Estas cosas pasan en la vida, añadió, sudoroso, el número dos de la FIFA.

Superado el caos del sorteo, quedó claro que Brasil jugará el 19 de junio con México en Fortaleza. El técnico del Tri, José Manuel de la Torre, aseguró que su equipo tiene el poder de ganarle a cualquiera y en cualquier lugar.

Está claro que México se ha presentado en diferentes competencias y lo ha hecho muy bien, sentenció el estratega en una rueda de prensa.

Si lo ha logrado es porque se ha preparado bien, pero eso no nos sirve, tenemos que prepararnos mejor, dijo el Chepo, para luego referirse directamente a Brasil.

Por su parte, el nuevo seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, dijo que “es excelente que en nuestro grupo haya rivales fuertes. Los jugadores brasileños se concentran más cuando enfrentan a esos adversarios.

Este partido nos permitirá encontrar nuevamente a México e intentar verificar dónde nos estamos equivocando, afirmó.