Las administraciones panistas, en particular la de Felipe Calderón, dejan un campo en el que se dio prioridad a los grandes productores, a los cuates y no a los medianos y pequeños productores, en el que las reglas de operación de los programas se hicieron más engorrosas y en el que creció la dependencia alimentaria, pues se privilegiaron las importaciones, consideraron diversas agrupaciones campesinas consultadas por este diario.

Para la Secretaría de Agricultura, lo que deja a la siguiente administración federal es un legado sustentado en mayores inversiones en bienes públicos al servicio de productores y consumidores, relacionados con temas actuales y en línea con los retos presentes y por venir, como son genética y biodiversidad, infraestructura para la investigación y administración de riesgos y programas estratégicos.

Para la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, lo que deja el panismo es un desastre en el campo, generado por la torpeza y la ineficacia; importamos más de lo que producimos y producimos menos y se privilegió a empresarios, refirió Alvaro López Ríos, líder de dicha agrupación.

Para la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, en la administración de Calderón hubo un estancamiento, y las áreas del norte y noroeste del país son las que concentraron los recursos, dejando prácticamente fuera a las del sur y sureste del país.

Víctor Suárez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, consideró que el panismo deja un campo desvastado, porque profundizó el modelo neoliberal instaurado por los gobiernos priístas, el cual generó mayor dependencia alimentaria, pobreza y deterioro de los recursos naturales.