La designación de los nuevos titulares de las secretarías de Desarrollo Social (Sedeso), Educación Pública (SEP), Agricultura (Sagarpa), Reforma Agraria (SRA) y Medio Ambiente (Semarnat) generó dudas a integrantes de organizaciones civiles, agrarias y ambientales y en investigadores por no contar con perfiles ligados a las carteras asignadas, por lo que su elección evidencia que prevalecieron los criterios políticos, y en el caso de Rosario Robles, quien quedó al frente de la Sedeso, señalaron que se revivió una estrategia salinista.

Hilda Salazar, de la Red de Género y Medio Ambiente, consideró que la designación de Robles representa “una redición de la política social salinista de coptar a personajes de la izquierda ‘arrepentida’ para legitimar una supuesta apertura en materia social. En realidad ella vendrá a legitimar más de lo mismo”.

Valeria Escorzo, de Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Cultura, cuestionada sobre el peso de las acusaciones de corrupción que en su momento recayeron sobre la ex perredista ahora que tendrá a su cargo el manejo de programas sociales, comentó que sin importar el color ni el partido debe haber vigilancia y transparencia en el uso de los recursos.

Aparte, Lucía Rivera y Tatiana Coll, investigadoras de la Universidad Pedagógica Nacional, señalaron que la elección de Emilio Chuayffet Chemor como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) representa el arribo de un priísta de vieja cepa y de un personaje totalmente ajeno a los procesos educativos.

Coincidieron en que su designación no es una señal alentadora. Pareciera, explicó Rivera, que no imperan criterios serios y racionales, sino eminentemente políticos en el proceso para elegir a quien encabezará la política educativa en el país.

Oganizaciones campesinas consideraron que los nombramientos hechos por Enrique Peña Nieto para la Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, y para la SRA, Jorge Carlos Ramírez Marín, aunque no tienen perfil ligado al campo no pueden ser peores que los funcionarios designados en las dos administraciones panistas para el sector.

Víctor Suárez, secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), consideró que son políticos tradicionales que no conocen el campo y que tienen el enfoque del PRI de antaño: una visión clientelar y corporativa.

Raúl Pérez Bedolla, secretario de organización de la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano), precisó que pese a que no tienen un perfil como el que esperábamos, al menos no son empresarios como los que pusieron durante 12 años al frente de la Sagarpa. A Javier Usabiaga, a quien lo tuvimos que abrir a presiones; Alberto Cárdenas, quien atendía pero no oía y a Francisco Mayorga, que ni oye ni escucha ni lo ves. A todos les fallaba el trato político que parece que es lo que ahora se busca.

Miembros de organizaciones ecologistas consideraron que se debe dar el beneficio de la duda al recién nombrado secretario de Medio Ambiente, Juan José Guerra Abud, si bien reconocieron que preocupa que su perfil no sea el de un experto en la materia.

Gustavo Alanís, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, señaló que como miembro del equipo de transición, Guerra Abud mostró apertura y dijo confiar en que la mantendrá, y Sergio Madrid, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, refirió que hemos planteado que las personas que estén al frente tengan un amplio conocimiento y compromiso con problemas del medio ambiente.