El Cairo, 30 de noviembre. Miles de egipcios protestaron este viernes contra el presidente Mohamed Mursi luego de que la Asamblea Constituyente, dominada por los islamitas, aprobó el borrador de una nueva carta magna tras una sesión maratónica de casi 19 horas, que se espera será sometido a referendo a mediados de este diciembre.

En las calles de El Cairo y otras ciudades como Alejandría miles de manifestantes se congregaron para condenar el documento y el decreto de Mursi del 22 de noviembre, con el que blindó sus decisiones ante la justicia. Abajo el gobierno de los hermanos y No a la declaración constitucional eran las consignas que se escuchaban.

Varios jefes partidistas, ex candidatos presidenciales y personalidades de la oposición como Mohamed el Baradei y Amr Musa encabezaron las marchas, realizadas en varios puntos de la capital egipcia tras los rezos del viernes, cuyas columnas se dirigieron a la céntrica plaza Tahrir, donde los opositores han protestado y acampando desde hace una semana.

Abajo la comisión constituyente y El pueblo quiere derrocar al régimen, gritaba la muchedumbre, mientras se exhibían pancartas en las que se denunciaba la dictadura, en la emblemática plaza, cuna de la revuelta que llevó el año pasado a la caída de Hosni Mubarak.

El borrador final adoptado por la Asamblea Constituyente consta de 234 artículos, el cual mantiene la fórmula de la carta magna de 1971, que establece que los principios de la ley islámica son la principal fuente de la legislación de Egipto, pero no la única.

El líder del órgano legislativo, Hossam Gheriani, informó que habían terminado su trabajo y que ahora el proyecto será presentado al presidente Mohamed Mursi, quien se espera convocará a referendo sobre la nueva constitución de Egipto en 15 días.

La sesión de la asamblea fue transmitida en directo por la televisión local, la cual había comenzado al mediodía del jueves y terminó la mañana del viernes con un quórum de 85 miembros de los 100 que componen el órgano, luego de que los opositores liberales y laicos abandonaron el recinto en protesta por lo que consideraron los intentos de la mayoría islamita por dictar la constitución.

El proyecto aprobado contiene cambios históricos al sistema de gobierno. Por ejemplo, limita a ocho años el tiempo del mandato presidencial. Mubarak estuvo en el poder tres décadas. Asimismo, introduce cierto grado de supervisión sobre la cúpula militar, aunque para los críticos no es suficiente.

Liberales y activistas de derechos humanos rechazan el nuevo texto constitucional, al considerar que no representa la diversidad cultural, religiosa, étnica y política de la sociedad egipcia. Afirman que no garantiza la libertad de creencia, al dar preferencia al islam, el judaísmo y el cristianismo.

También hay críticas a las libertades de expresión y prensa, al grado de que algunos diarios y semanarios decidieron no salir el próximo martes. Además, hay preocupación sobre potencial discriminación contra las mujeres en relación con el matrimonio, el divorcio y la vida en familia.

Los opositores convocaron a nuevas protestas para este sábado, y dijeron que impulsarán el no en el referendo. Los Hermanos Musulmanes también llamaron a manifestaciones de apoyo al presidente.

La alta comisionada de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, aseveró que el decreto presidencial viola la legislación internacional y amenaza el estado de derecho en Egipto.

A su vez, Amnistía Internacional dijo que el borrador de la nueva carta magna será una gran decepción para la mayoría de los egipcios, y no cumple con la protección de los derechos humanos.