Es un momento de incertidumbre, definó Raúl González en torno a la repercusión que tendrá el deporte con el cambio de gobierno, pues aunque vuelve el partido con el que el ex marchista creó la Comisión de Cultura Física y Deporte e impulsó la Ley del Deporte, consideró que es preocupante que el designado lo sea por amiguismo y no tenga capacidad probada, pues de esa manera deberá atender intereses ajenos.

A unas horas de conocerse el gabinete ampliado, en el que la Conade se integra como una dependencia de la Secretaría de Educación Pública, el ex clavadista y ahora dirigente del deporte mexiquense Jesús Mena, y el sonorense Carlos Rodríguez se han perfilado como los posibles para tomar las riendas, ante lo cual González se mantiene expectante y consciente de los efectos que eso podría traer.

Independientemente del partido que está en el poder, siempre he creído que todos los cambios son buenos, pero siempre y cuando los cambios sean hacia adelante, asentó el legendario deportista y dirigente, quien ayer expuso en la clínica nacional para entrenadores de caminata en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (Cnar).

“Nuestra mayor angustia, o más bien preocupación, es que este es un momento de incertidumbre porque no sabemos quién pueda llegar a las estructuras administrativas del deporte nacional, señaló González.

Para el doble medallista olímpico en Los Ángeles 84, las mejores relaciones políticas sobran ante la falta de cultura deportiva como carencia principal: Independientemente de los nombres que se mencionen yo me iría por las características que debería tener el equipo de trabajo que asumiera la responsabilidad.

Indicó que, en primer término, el designado en la Conade deberá tener “legitimidad, es decir, que sea gente del medio con experiencia, trayectoria y capacidad probada.

Otra característica, dijo, debería ser el liderazgo, porque “la voluntad de los que participan en el deporte se mueve gracias a eso y a su legitimidad. No es nada más cuestión de pesos y centavos.

Tercera: que verdaderamente tengan un gran compromiso con el deporte nacional y que no obedezcan a otros intereses ajenos de grupos o de personajes, que lo único que quieren es saber cuánto agarran del pastel, que ni siquiera han hecho una propuesta concreta de cómo elevar el nivel del deporte nacional y cómo generar una cultura de la actividad física en el país, tan indispensable.

González, en cuya gestión sostuvo un enfrentamiento firme con Mario Vázquez Raña, el dirigente olímpico que respaldaría la designación de Mena, consideró lamentable todo posible nepotismo en la Conade.

–¿Quiere decir que preocupan estos nombres?

–Sí, pero no porque no sean amigos o no los conozca uno, sino porque obedezcan a otros intereses, porque cuando están muy apalabrados simplemente no se pueden hacer para ningún lado y ni van a poder hacer lo que ellos quieren o lo que el deporte les reclama.