El titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Genaro García Luna, debe responder por el destino de más de 184 mil millones de pesos que tuvo como presupuesto esa dependencia los pasados seis años, ya que además de la opacidad con que se manejó, esos recursos millonarios no sirvieron para frenar la inseguridad y la violencia, las que, por el contrario, fueron siempre al alza, advirtió la senadora del PRD Dolores Padierna.

Expuso que la SSP es parte del balance negativo del sexenio de Felipe Calderón en materia de combate al crimen organizado, que deja 60 mil muertos, 15 mil desaparecidos y un millón y medio de desplazados.

Ante tales cifras, dijo, es cuestionable el elevado monto presupuestal que el presidente Felipe Calderón le asignó a la SSP de García Luna. En 2006 se le destinaron 9 mil 274 millones de pesos, pero en 2009 aumentó a 32 mil 916 millones de pesos y cierra la administración con un presupuesto de 40 mil 536 millones de pesos.

En total, el presupuesto sexenal de la SSP fue de 184 mil 57 millones de pesos, invertidos en una corporación que pasó de 11 mil 903 integrantes en 2006, a 40 mil 536 elementos en 2012. Ello significa que el indicador de inversión promedio ubica en un millón de pesos por cada policía federal, contra los 285 mil pesos que aplica el Estado por cada militar.

La vicecoordinadora del PRD en el Senado hizo notar que la SSP es una de las dependencias del gabinete de Calderón con uno de los desempeños más turbios en materia de gasto, pues amparado en la cláusula de confidencialidad por tratarse de asuntos de seguridad, la transparencia y la rendición de cuentas es inexistente y sólo los escándalos mediáticos han permitido detectar los dispendios y la proclividad a lujos y excesos de su titular.

Desafortunadamente, dijo, Calderón cayó en las redes que le tendió su secretario de Seguridad Pública, quien le ofreció conformar en dos años, de 2007 a 2009, la mejor policía del mundo y lo que en realidad logró fue una corporación cuestionada, señalada por violar derechos humanos y por los montajes mediáticos de García Luna.

Expuso que el mayor agravio para el gobierno de Calderón curiosamente provino de García Luna. El grave incidente de Tres Marías dejó al descubierto una serie de ilegalidades y de anomalías operativas, formativas y de confianza que acreditaron la inconsistencia de la llamada policía modélica del sexenio. Demostró además, que la estrategia de seguridad pública era una mera simulación mediática..