Economía
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Beneficiarios tienen dificultad para obtener empleos con seguridad social

Usuarios de microcréditos afrontan problemas de sobrendeudamiento

Plantea el coordinador de Pronafim crear un buró exclusivo del sector para evitar el impago

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Puesto de abarrotes en el mercado Juárez, en la ciudad de MéxicoFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de noviembre de 2012, p. 26

Consideradas por el gobierno federal y organismos mundiales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, como una herramienta efectiva para abatir la pobreza, las microfinanzas afrontan un problema de sobrendeudamiento y la dificultad de convertir las ocupaciones que generan en empleos formales con seguridad social, admitió Luis Antonio Ascencio Almada, coordinador del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim), creado desde 2001 por la Secretaría de Economía.

Aclaró que el sobrendeudamiento no se refiere únicamente a la cartera vencida que en Pronafim se ubica por debajo de 6 por ciento respecto del total de créditos otorgados, contra 7 por ciento del sector microfinanzas y 9 por ciento de los bancos, sino a que los beneficiarios, sobre todo grupos de mujeres, tienen tres o cuatro créditos con instituciones diferentes, como Financiera Rural, Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (Fira), Nacional Financiera (Nafin) o recientemente Banco de Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), además de Pronafim.

Es un problema de mercado, dijo el funcionario, y lo atribuyó a que por el aumento de la competencia entre las microfinancieras se multiplican los créditos grupales, lo cual apenas comienza a ser detectado por las autoridades, principalmente en la región centro. El funcionario acotó que no es un problema generalizado en todo el país, pero aún así consideró que debe crearse un buró de crédito exclusivo para el sector como antídoto al sobrendeudamiento.

El programa, ponderó, ha registrado un crecimiento de más de ciento por ciento durante este sexenio en sus diferentes indicadores; es decir, número y monto de créditos, así como personas beneficiadas. En total Pronafim cerrará con 3 millones 79 mil créditos, más del doble que en el gobierno de Vicente Fox, por un monto conjunto de 6 mil 183 millones de pesos (en promedio 2 mil pesos por cada préstamo) y 600 mil ocupaciones.

El organismo trabaja con 90 de las casi 200 microfinancieras del país para distribuir los créditos a personas de bajos ingresos, la mayoría son sociedades financieras populares (Sofipos) y de objeto múltiple (Sofomes), pero también sociedades anónimas y asociaciones civiles, éstas últimas eran mayoría cuando inició el programa.

Ascencio Almada dijo que 70 por ciento de las microfinancieras reporta a Pronafim, pero hay deficiencias en el sistema ya que hay dos burós de crédito y una microfinanciera consulta sólo uno, por lo que no detecta cuántos microcréditos en total tiene un grupo o persona.

Es una deficiencia de mercado y sí creo que como gobierno deberíamos intervenir para subsanarla y hay diferentes formas: obligar al intercambio de información o crear una nueva entidad, porque esos burós de crédito nacen para atender otro segmento y las necesidades de las microfinanzas son muy particulares. Es muy complicado reportar ahí a los grupos de mujeres y para nosotros y para el sector prioridad sí debería ser prioridad atender esa situación el año entrante, porque es uno de los antídotos más importantes contra el sobrendeudamiento, puntualizó.

Cuestionado sobre si la flexibilización en las contrataciones aprobada con la reforma laboral servirá para que las miles de ocupaciones generadas entre la población que reciben microcréditos se conviertan en empleos formales con seguridad social, Ascencio Almada manifestó que el sector resultará poco beneficiado.

La mayoría de esos trabajos, comentó, se generan en micronegocios con dos empleados o son unidades familiares que si llegan a contar con prestaciones sociales es porque el jefe de familia lo consiguió mediante un trabajo aparte.

No obstante, señaló que la reforma laboral es buen comienzo y deben desarrollarse otros esquemas para proveer al sector de cierta seguridad social por medio de un simple registro al Seguro Popular y no necesariamente al IMSS, como los talleres familiares. Yo creo que estas reformas sin duda van a incidir en que estas ocupaciones se conviertan en empleos formales, no me atrevería a dar una cifra, pero creo que sería ambicioso pensar que eso pudiera suceder en más de 30 o 35 por ciento.