Presentó la investigación en Guadalajara
Domingo 25 de noviembre de 2012, p. 3
Guadalajara, 24 de noviembre. Néstor García Canclini y un grupo de 20 investigadores se impusieron un reto: estudiar la lógica cambiante del consumo de cultura y cómo se organizan los artistas visuales, los independientes, los músicos, los viyéis, los coolhunters y los hackers (entre muchos otros) para trabajar, informarse, comunicar su creatividad y sobrevivir sin lo que muchos conocemos como trabajo estable
. El resultado fue el libro Jóvenes, culturas urbanas y redes digitales.
Mediante conceptos como intermitentes
, trendsetters o prosumidores, el colectivo de investigadores que desarrolló este proyecto en las ciudades de Madrid y México, de manera simultánea, revelan cómo se han modificado los procesos tradicionales
de producción y consumo de cultura a partir de que las nuevas generaciones tienen menos prejuicios en su relación con los aspectos del arte.
Mientras muchos se preguntan si realmente el surgimiento de Internet y el intercambio de información digital tiene en jaque la producción de libros, cine y música, García Canclini y compañía caen en un cuestionamiento más incisivo: ¿Qué tipo de sociedades estamos creando cuando no hay garantía de trabajo a largo plazo?
La continuidad hay que inventársela
, explica el investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), cuando se refiere a la forma en que estos grupos de jóvenes establecen sus dinámicas de trabajo: Consiguen dinero para un proyecto de seis meses, luego están otros tres meses sin nada, después les caen tres o cuatro proyectos y trabajan hasta 48 horas sin parar, y así van transitando
.
El concepto de tener que estudiar una carrera para conseguir un trabajo estable ha cambiado para estos grupos de jóvenes, que más bien buscan cómo sortear las dificultades mediante el intercambio y transformación de información a través de Internet, señaló García Canclini en la presentación del en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
En la introducción a este trabajo, Francisco Curces, que junto con García Canclini y Maritza Urtega Castro Pozo coordinaron los trabajos en ambas ciudades, esboza “que la idea de que la creación tiene que ver con ‘las obras’ está desenfocada. La creación tiene que ver con la poiesis: con la búsqueda de sentido, con la producción de sentido. No de obras. Esa es la fuente de la que están hechas las cosas importantes”. La obra es editada por Ariel, la Fundación Telefónica, la UAM y la Universidad Nacional de Educación a Distancia.