Viernes 23 de noviembre de 2012, p. 14
Las críticas hechas por el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, por las graves violaciones
a las garantías fundamentales cometidas en el gobierno de Felipe Calderón demuestran que los señalamientos de diversos organizaciones tenían razón de ser, pero resulta extraño que las haga cuando el sexenio prácticamente ya acabó, dijeron activistas de diversos colectivos.
Édgar Cortez, investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, subrayó que el informe de la CNDH presentado el miércoles pasado al Senado –en el cual se denuncia el aumento exponencial
de la tortura, las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales, entre otros delitos– confirma las advertencias hechas desde la sociedad civil sobre este tema.
“Recuerdo que José Luis Soberanes (ombudsman de 1999 a 2009) y otro titulares de la CNDH planteaban como un avance que había disminuido el número de quejas por tortura, pero en este este último informe se refleja un incremento enorme, debido a una lógica de guerra donde se piensa –aunque lo nieguen– que para conseguir seguridad se vale cualquier cosa. La CNDH fue omisa en varios temas, como el del fuero militar, y eso es lamentable”, aseveró.
Blanca Martínez, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios, consideró que el informe de Plascencia es importante, aunque igualmente manifestó su deseo de que la CNDH asuma con mayor fuerza la defensa de la ciudadanía ante los abusos del poder.