Asumir la pintura como un espejo que permite asomarse a una masa de múltiples personajes, representaciones humanas en diversas facetas, proyecciones de distintos pensamientos y la contraposición de caretas, es parte de lo que el pintor Jesús Nicolás Cuéllar (1927-2010) plasmó en la serie Raza cósmica, la cual se exhibió hace unos días en el teatro Ángela Peralta en San Miguel Allende, Guanajuato.

El ayuntamiento de esta ciudad reunió 30 obras del pintor guanajuatense, entre las que destaca la mencionada serie –que nada tiene que ver con la interpretación de José Vasconcelos– a manera de homenaje y como un reconocimiento colectivo al artista, quien el pasado 6 de septiembre habría cumplido 85 años.

La principal labor de Cuéllar fue crear arte, más que promocionarse, porque él era un creador, aseguró su hijo, Carlos Cuéllar en charla con La Jornada.

Al acto inaugural acudieron Claudio Mayer Gualas, síndico de la ciudad; Magdalena Carbajo, directora de Educación y Cultura de San Miguel Allende, y, como invitado especial, Enrique Luis Navarro, director para América Latina de Clubes Unesco, quien manifestó: En esta sociedad del conocimiento, hacen falta artistas como Nicolás Cuéllar, que desde de la trinchera del arte aportan mundos inéditos y nos narran historias ocultas que se develan cuando hay genialidad de por medio.

Trabajo mágico

En la muestra se incluyeron obras como Canto a la luna, Rumores, Pintor de sueños, La reina desnuda, Moisés y el origen y Aprendiz de mago, entre otras. En cuanto a litografías se exhibieron Niños con estrellas y Mujeres en azul.

Cuéllar siempre llevó el nacionalismo a lo más dignificante de su condición. Hizo un trabajo que sólo puede definirse como mágico, al combinar diferentes estilos que ilustran sus distintos periodos. Va desde el expresionismo, pero no ese expresionismo alemán que pareciera incluso lúgubre, sino que toca un expresionismo suave, incluso amable y retoma las representaciones oníricas tan presentes en la pintura surrealista, aseveró el hijo del artista.

Asimismo, indicó que actualmente se encuentra en negociaciones con las autoridades culturales, en particular con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para continuar con la exhibición de la obra de su padre.

“La idea es hacer de ésta una muestra itinerante que recorra varios museos, de San Miguel Allende para México y de México para el mundo.

El hijo del pintor reiteró su deseo de que los jóvenes artistas conozcan el talento y el trabajo de Cuéllar, de ahí la importancia de llevar sus pinturas a distintas escuelas y centros culturales, donde sería de suma importancia incluirlas como parte del amplio catálogo de pintores nacionales.

Carlos Cuéllar dijo que en la actualidad cuenta con unas 600 obras de su padre, las cuales se catalogan para su posterior exhibición; no obstante, señaló que la obra de don Nicolás es mucho más amplia. No tenemos el dato preciso de cuántas pinturas realizó mi padre, pero puedo asegurar que su legado es amplísimo e invaluable.

Las distintas etapas de Jesús Nicolás Cuéllar como pintor, aunado a su dibujo fino y detallado, constatan su mérito artístico.

Es una lástima que se haya marchado a las estrellas hace dos años, pero la enseñanza que dejó perdurará. Se va el pintor, comienza la leyenda, dijo Carlos Cuéllar.