Muchos viven ahora su segunda guerra en cuatro años
La muerte de civiles puede restar los apoyos a Israel
Miércoles 21 de noviembre de 2012, p. 27
Gaza, 20 de noviembre. Una adolescente yace sobre una camilla en la morgue de Gaza y varias personas, que traen más víctimas, gritan: ¿Acaso ellos disparan cohetes?
Para los palestinos, los niños muertos en los bombardeos israelíes demuestran la futilidad de una operación que supuestamente está dirigida contra los grupos armados.
Al menos 18 menores han perdido la vida desde el inicio, el miércoles pasado, de los bombardeos aéreos selectivos israelíes en la franja de Gaza, de acuerdo con el Centro Palestino para los Derechos Humanos. En total, han muerto más de 140 personas.
Entre ellos, Tasnim al-Nahal, una adolescente de 13 años fulminada por una bomba cuando jugaba frente a su casa en el campo de refugiados de Chati, a orillas del Mediterráneo, en el norte del enclave.
O Jamal, Sara, Yusef e Ibrahim al Dallu, cuatro niños de una familia aniquilada el domingo por una bomba que destruyó su casa en un barrio del norte de la franja de Gaza.
Durante los funerales, los cadávares de los niños estaban envueltos en la bandera palestina y sólo se podía ver sus rostros. Alrededor de ellos, otros pequeños se agolpaban para observar los cadáveres.
Iniciada hace una semana, la operación israelí Columna de Defensa tiene como objetivo las organizaciones terroristas de Gaza, Hamas, Yihad Islámica y otros grupos
, según el ejército. Pero las imágenes de niños ensangrentados y aterrorizados envían otro mensaje a los palestinos.
La pérdida de vidas de civiles, que aumentan inevitablemente a medida que se prolonga la ofensiva, amenazan con resquebrajar el apoyo estadunidense y europeo obtenido por Israel hasta ahora, según analistas israelíes.
Más allá de los muertos o los heridos, centenares de niños de Gaza sufren traumatismos, recuerdan los sicólogos: miedo al abandono, problemas de sueño, hiperagresividad o problemas de comunicación.
Como Mohamed Radwan, de 12 años, que corre a esconderse bajo los cojines del sofá donde se precipita en los brazos de su madre en cuanto oye una deflagración.
En tiempos de guerra, “todo lo que puede ayudar a los adultos –experiencia, redes sociales, etcétera– no funciona con los niños”, constata el sicólogo Hasan Zeyada, quien trabaja desde 1991 en el Programa para la Salud Mental de Gaza.
Con la operación Columna de Defensa, muchos niños de Gaza viven su segunda guerra. Entre diciembre de 2008-enero 2009, Israel llevó a cabo otra sangrienta operación en la franja de Gaza, denominada Plomo endurecido, que se saldó con la muerte de mil 400 palestinos, la mayoría civiles.
Van a revivir numerosos traumatismos que ya han vivido en el pasado
, dice Zeyada.
Su programa pretende movilizar equipos de especialistas para ayudar sicológicamente a los niños una vez que haya concluido el ciclo de violencia.
Pero el problema en Gaza es que vivimos permanentemente un alto nivel de estrés y que el traumatismo es continuo. Nadie puede garantizar que no vuelva a ocurrir
, dice.