Veinte años llevó a los conquistadores someter esa ciudad prehispánica: Velázquez Morlet
mayas insumisos
Poblaron la costa oriental de QR y fueron prósperos, asevera la directora del Centro INAH local
Luego de dos años de exploraciones, la zona arqueológica fue abierta al público, informa
Martes 20 de noviembre de 2012, p. 4
Cancún, QR. En medio de una deforestada zona hotelera, entre el mar Caribe y la laguna Nichupté, una frondosa selva, el único pulmón verde que se conserva en la isla de Cancún, resguarda el sitio arqueológico de San Miguelito.
Luego de dos años de trabajos a cargo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la zona abre sus puertas para dar testimonio de la vida próspera y dinámica de los mayas de la costa oriental, que habitaron ahí durante el periodo Posclásico tardío (1200-1550 dC).
La arqueóloga Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH-Quintana Roo, explicó a La Jornada que San Miguelito es ejemplo de que en la península de Yucatán la conquista fue diferente al resto de Mesoamérica.
“Aquí habitaron los ‘insumisos’, grupo de comunidades mayas a las que los españoles les tomó 20 años someter. Cuando lo logran, se establecen del lado occidental, donde hoy están Yucatán y Campeche, en tanto que la parte oriental, es decir, en el actual Quintana Roo, sufrió las consecuencia de la ruptura de las rutas comerciales mayas hasta que poblaciones como San Miguelito y El Rey fueron abandonadas.”
La especialista reconoció que cuando se construyó la zona hotelera, en los años 70 del siglo pasado, hubo descuido de las autoridades federales y muchos vestigios se perdieron. Las máquinas simplemente removían la tierra sin que nadie tuviera cuidado de revisar si había algún indicio prehispánico.
Gracias a que el terreno donde ahora se erige el nuevo Museo Maya de Cancún y sus alrededores pertenecía al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), se pudo preservar San Miguelito, predio que durante muchos años fue un rancho cocotero, de donde toma su nombre.
Pablo Mayer fue el primero que documentó el sitio, alrededor de 1974, pero fue hace un par de años cuando las excavaciones comenzaron, encabezadas por la arqueóloga Sandra Elizalde.
“El INAH siempre supo que aquí había una zona arqueológica; por eso el terreno de ocho hectáreas no fue vendido. Ahora se dieron las condiciones para que Fonatur nos lo donara y comenzáramos el rescate de este asentamiento que fue habitado por pescadores, básicamente. Cuenta con edificios cuya función era administrativa, donde seguramente las personas acu-dían a entregar sus tributos.
“San Miguelito era un lugar privilegiado, porque tenía acceso por la laguna Nichupté y por el mar. Hubo un tiempo en el que seguramente fue un lugar muy próspero, muy visitado. Muchos de sus edificios muestran que fueron reparados en diversas ocasiones. Por fortuna, el predio está muy bien delimitado y estamos ya terminando el plan de manejo del sitio; tenemos todos los elementos para que cuente con protección integral, no hay ningún crecimiento urbano que pueda afectarlo. Es un caso sui géneris entre nuestras zonas arqueológicas”, explicó Velázquez Morlet.
El recorrido es muy agradable porque se construyeron senderos y se preservó toda la vegetación. Grandes árboles proporcionan reconfortante sombra a los visitantes: Así era la isla de Cancún en los años 40; esto es lo único que queda de aquella selva
, manifestó la arqueóloga.
La primera etapa de excavaciones en San Miguelito dejó al descubierto las estructuras más representativas. Las siguientes fases tendrán un proceso de investigaciones muy lento para que rescatemos cada milímetro de información. Estamos a punto de firmar un convenio de colaboración con la Universidad de Gotemburgo, de Suecia, para que, con técnicas muy modernas, elaboremos un proyecto que nos permita identificar, entre otros aspectos, áreas de actividad
.
Luego del palacio administrativo adornado con alusiones a Chaac, se llega a un pequeño complejo de observación astronómica, el cual cuenta con santuarios que tienen restos de pintura mural que representa el mar, donde destaca un animal fantástico.
“En general –prosiguió Velázquez Morlet–, en toda la museografía del Museo Maya de Cancún, puerta de entrada a San Miguelito, nunca se habla de ‘dioses’ mayas, sino de ‘seres sobrenaturales’, porque cuando hicimos el análisis de cómo los presentaríamos nos dimos cuenta de que es muy limitante llamarlos ‘dioses’; es un concepto que casa con nuestra idea europea de dioses o santos patronos. Para los mayas es otra cosa; su cosmovisión es muy dinámica, sus dioses se transforman, tienen un carácter especial, transmutan en otras deidades, los encontramos siempre de manera diferente. Deben de haber conformado un universo fantástico en el que no sólo conviven con los hombres todo el tiempo, sino que se transforman y van cambiando entre ellos, tienen una historia muy particular”.
San Miguelito es la undécima zona arqueológica abierta en el país durante el presente sexenio. Cuenta con alrededor de 50 vestigios de edificaciones prehispánicas, de las cuales se restauraron 16. La más llamativa es la Gran Pirámide (del año mil 300 dC, más o menos), de ocho metros de altura y 12 de base: Todavía falta meternos dentro, será en las próximas temporadas de investigación de campo
.
Hallazgo de 47 entierros
De acuerdo con la arqueóloga Sandra Elizalde, responsable del proyecto de investigación, se hallaron 47 entierros, de los cuales 30 corresponden a infantes y el resto a adultos, hubo un alto índice de mortandad infantil, seguramente derivada de las malas condiciones de salud y nutrición de una población empobrecida en el siglo XVI
(La Jornada, 15/11/12).
Durante el paseo también se pueden observar algunos de los enormes árboles derrumbados por el huracán Wilma, los cuales, sorprendentemente, siguen vivos. Gran variedad de aves, iguanas y boas son los habitantes de esta pequeña y apacible zona, en la cual en el futuro quisiéramos que los habitantes vivieran como un parque urbano, donde se vinieran a caminar y disfrutar de la selva
, concluyó Velázquez Morlet.
La zona arqueológica de San Miguelito y el Museo Maya de Cancún se ubican en el kilómetro 16 del bulevar Kukulkán, en la zona hotelera de Cancún. El horario de visita es de martes a domingo de 10 a 19 horas, con excepción de los jueves, que es de 7 a 22 horas. El costo del boleto es de 57 pesos, con derecho a visitar ambos lugares. Entrada libre para mayores de 60 años y menores de 13 años. Los domingos la entrada es gratuita para público mexicano y residentes con identificación oficial.