Austin, 17 de noviembre. El alemán Sebastian Vettel (Red Bull) arrancará desde el primer lugar en el Gran Premio de Estados Unidos, y si todo le resulta bien tendrá la oportunidad de ser campeón del mundo por tercera ocasión consecutiva o dejará en suspenso el cierre del campeonato hasta Río de Janeiro.

Vettel será acompañado en la primera fila por el británico Lewis Hamilton (McLaren) y apunta de nuevo a la coronación, aunque su más cercano rival, Fernando Alonso (Ferrari), saldrá en la octava posición y buscará a muerte el título.

El mexicano Sergio Checo Pérez (Sauber) lamentó no tener una buena posición para los miles de fanáticos mexicanos que se acercaron a Austin, pues partirá en la decimoquinta plaza.

El jalisciense agradeció al público “y en especial a los mexicanos que sacrificaron tiempo y dinero para viajar a Austin y compraron boletos.

Me hubiera gustado rendir mejor, pero daré lo mejor para brindar una buena carrera a toda esta gente. Seguramente lucharé por los puntos, sin importar cuán difícil sea, agregó.

En las clasificaciones Hamilton casi amarga la tarde a Vettel, pero al final prevaleció el alemán por una décima de segundo. En tercero finalizó el australiano Mark Webber (Red Bull), pero poco después los comisarios deportivos anunciaron que lo estaban investigando por presuntamente saltarse un control de pesaje tras la primera sesión.

Vettel, quien a los 25 años de edad apunta a convertirse en el tricampeón más joven de la historia, podría lograrlo el domingo si obtiene 15 puntos más que Alonso.

Se trata de la sexta pole para Vettel en 2012 y la número 36 de su precoz carrera en la Fórmula Uno, iniciada hace cinco años.

Alonso finalizó noveno, pero se vio beneficiado por una penalización al francés Romain Grosjean (Lotus) que lo retrasó del cuarto al noveno lugar por sustituir la caja de cambios antes de la clasificación.

Kimi Raikkonen (Lotus), quien ganó la competencia anterior en Abu Dhabi, se ubicó en el quinto puesto, por delante del alemán Michael Schumacher. El alemán iniciará por penúltima vez en su carrera un Gran Premio de F-1.