17 de noviembre de 2012     Número 62

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

El Pueblo: Escuela del Son Mexicano

Mario Guillermo Bernal Maza
Guitarrista-Etnomusicología, ENM – UNAM

El son es una manifestación músico-poético-dancística muy rica de la tradición oral, ha logrado sobrevivir hasta nuestros días y se practica a lo largo de gran parte de la geografía mexicana. Su localización no corresponde a las actuales divisiones políticas de los estados, porque sus variantes provienen de la historia cultural de cada región. Así diferenciamos al son calentano (Michoacán y Guerrero); son tixtleco (Guerrero); son de Costa Chica (Guerrero y Oaxaca); son istmeño (Oaxaca); son abajeño (Jalisco y Colima); son arribeño (Guanajuato y San Luis Potosí); son huasteco (Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz y Tamaulipas), y son jarocho (Veracruz).

Aunque estos estilos de son adquieren características muy peculiares y distintivas de instrumentación e interpretación en cada región y ambiente cultural, en general comparten rasgos y elementos, como el proceso enseñanza-aprendizaje con el que se transmite el conocimiento musical, la oralidad, que tiene la capacidad de conservarse y al mismo tiempo de generar variantes, logrando preservar lo elemental de la tradición, además de que abre nuevos caminos a la creatividad personal y colectiva.

La manera de enseñar y aprender el son difiere considerablemente a como se enseña en academias de música al modo occidental, auxiliados invariablemente en la notación de una partitura para su estudio. Por esta razón es común escuchar a maestros soneros defendiendo su postura en frases como éstas: “Esta música se aprende líricamente, tratar de hacerlo por nota es sumamente complicado, aparte son difíciles de escribir”. “Encerrarlo en un marco académico le quitaría al son parte de su esencia”. “En un papel no se puede plasmar el recuerdo de un pueblo o un platillo, eso se siente; no tiene caso interpretar una pieza con notas contrarias al estado de ánimo, lo mejor es alejarse de esas cuestiones estrictas y tocar como uno lo siente”. O bien: “El son es como el idioma, antes de saber leer y escribir un niño aprende a hablar. Se requiere de un gusto hereditario, no se trata de música leída o escrita, tienes que escuchar y luego imitar”.

El son es una tradición no sólo oral, sino también auditiva que se aprende en la práctica viva compartiendo con los demás; así, el maestro principal del son es la comunidad que convive y se mezcla en la vida misma, porque está alrededor del músico en todo lugar y en todo momento.

Es necesario reconocer que aunque la música folklórica en su origen es un arte anónimo, originado por hombres y mujeres quizá sin estudios musicales, alcanza sin embargo la más perfecta expresión musical colectiva de su región. Lo que hace realmente de esto una manifestación artística trascendente es que se basa en la renovación, la búsqueda y la experimentación constante.

Desde luego que la música del son es ágrafa, pues no se ha trasmitido en forma escrita. Fuera de los medios académicos, su música se produce y se trasmite oralmente de acuerdo con la tradición particular de cada región. Esta música, que se considera tradicional, nos llega por medio de una cadena de maestros y se difunde sin el recurso de la notación como lo hace la música de Occidente.

Sin embargo, mucho se ha discutido y se discutirá sobre la pertinencia de anotar la música de una tradición normalmente oral. La escritura musical como convención es necesaria a los fines del estudio analítico y otra forma de preservación. Siendo de tradición oral la asignación convencional y precisa de la música del son, los esquemas formales y académicos resultan ser otra aproximación al fenómeno. Un registro escrito de esta música, lejos de encerrarla en un frasco para preservarla, la difundiría más allá de su oralidad, su región y su tiempo. Algunos piensan que la tradición oral se acaba, que “la piedra cincelada puede resistir la acción de los siglos, pero el verso y el canto no fijados en el grafólogo se deforman y se olvidan” (Rubén Campos). “Cuando agoniza un anciano analfabeto, parece que se quema una biblioteca” (Carlos Vega).

Como vemos, ambos enfoques son efectivos en sus respectivos contextos al transmitir el conocimiento musical. Sin embargo, hace falta un mayor acercamiento entre las dos visiones para poder distinguir las cualidades y aportaciones del otro. Así, los procesos de enseñanza-aprendizaje que tienen los músicos académicos y los músicos de tradición oral, se podrían compartir y complementar entre sí, potenciando sus posibilidades didácticas.

Décimas sobre la educación y el campo

Campesina educación
con la ciencia y la verdad
hoy tiene universidad
con una nueva visión
con la conciencia y razón
del saber tradicional
la forja profesional
no desprecia las raíces
es mezcla de los maíces
de interculturalidad
siembra de la libertad
pluralidad de matices

Octosilabicamente
quise hacer una poesía
insistiendo en mi porfía
en la rima recurrente
pero la endeblez de mente,
la pereza  intelectual
con la escasez cultural,
la lírica secuestraron
la  inspiración me cortaron
...y se frustró el decimal
Y se frustro el decimal
por no haber ido a la escuela
ahora ésta es la secuela
que el verso me salga mal
y no es la cosa casual
que el rimar no se acomoda
la letra si se incomoda
por no haber consecución
por falta de educación
yo ya no seré “rapsóda”

Abundante decimal,
prodigalidad de rima,
la poesía que se estima,
de versos, un arsenal,
consonancia en manantial,
y concordancia copiosa,
con la dicción cadenciosa,
con la métrica y el ritmo,
descifraré el logaritmo
de la palabra armoniosa
De la palabra armoniosa
en el colegio aprendida
con la ortografía sabida
la gramática virtuosa
y con la lengua filosa
se puede construir poesía
si en la letra se porfía
y el estudio no se deja
parando muy bien la oreja
se aprende hasta agronomía

Décimas referidas al son y al zapateado:

Como un vuelo de paloma
surca su falda al bailar
sus pies al repiquetear
el son de tarima doma,
expresada en el idioma
del zapateado fluido
que en su figura ha lucido
como una diosa pagana
y con su baile profana
lo mundano y lo divino

El son jarocho aventura
la nueva composición
de amor es una canción
de esperanza y de ventura
Es una pieza de altura
de candente sinfonía
una ópera de alegría
un jaranero concierto
a los sonidos abierto
...ecos de polifonía
Con un cajón destemplado
voy a interpretar un son
que prenda la agitación
en el baile del tablado
para salir del estado
de tedio, aversión y hastío
que a mi bello caserío
le sacuda el ostracismo
tal vez provocando un sismo
hasta brote un amorío

El percutir del tacón,
el rasgueó de la jarana,
el gorjeo de la voz llana,
el arpa tocando el son
Esa es la composición
de las piezas del guapango
con un versador de rango
para completar la fiesta
y una morena dispuesta
...a arrollar en el fandango

Con la jarana y la leona
en Boca de San Miguel
se oye del son el tropel
el zapateo que ambiciona
Cantando “llorar, llorona”
entonan la “lloroncita”
y la jarocha en la cita
baila un “son de montón”
se desata la emoción
que en el fandango suscita

Mario Aguirre Beltrán