Sábado 27 de octubre de 2012, p. a16
La reciente conclusión del Festival Internacional Cervantino, que celebró sus primeros 40 años, dejó flotando sobre el ambiente la pureza: la música de Arvo Pärt que sonó durante tres noches consecutivas en el Teatro del Bicentenario de la ciudad de León, luego en el Teatro Juárez de la capital guanajuatense y el sábado pasado en el Teatro de Bellas Artes de la ciudad de México.
Si en su reloj todavía no son las 17 horas de hoy sábado 27 de octubre, está usted a tiempo de sintonizar Canal 22, pues en el programa Escenarios transmitirán el primero de esos conciertos, el realizado en León. Si bien los tres incluyeron las mismas obras, nunca hay un concierto igual y podemos decir, luego de asistir a las tres veladas, que el celebrado en el flamante Teatro del Bicentenario fue especialmente emotivo y lleno de peculiaridades que no se repitieron en las siguientes dos noches.
En primer lugar, la acústica del Teatro del Bicentenario es tan buena que casi le llega a los talones a la Sala Nezahualcóyotl. También, que fue el primer encuentro en la historia entre Arvo Pärt y México, con sus músicos más cercanos y entre los mejores de todos sus intérpretes. Como cereza en el pastel, hizo una broma al final (La Jornada, 20 de octubre) que no repitió en Guanajuato ni en Bellas Artes. En fin, no se pierda esta emisión que hizo historia.
Después de escuchar la música de Arvo Pärt uno se queda tan pleno que no quiere escuchar nada, más que el silencio.
Y es ahí cuando entra Mozart. Porque uno dice Mozart y sonríe y es que si suena la música de Volfi, todo vuelve a su lugar, todo está en orden y el mundo entero sonríe.
Al regresar a la ciudad de México, el melómano se encuentra con que el país es mejor al menos en música: la novedad de la patria consiste en que tenemos una nueva orquesta de excelencia: la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata, ya suena en grande y apenas está en su etapa inicial.
Se trata de un proyecto muy afortunado de la UNAM que entre sus virtudes está el de que esta orquesta funja como cantera, semillero, y dote de relevo generacional a la Ofunam. Cientos de jóvenes llenan la Sala Nezahualcóyotl cada vez que esta orquesta de jóvenes, la Ojuem, hace su música.
El domingo anterior sonó precisamente Mozart: el Concierto 23, con solista de lujo: Jorge Federico Osorio y batuta de primera: Avi Ostrowski.
Mañana domingo 28 a las 18 horas en la Sala Nezahualcóyotl se presentará de nuevo la Ojuem, dirigida por el también joven Rodrigo Macías y sonará nuevamente Mozart: el aria de la ópera La Clemencia de Tito, con la mezzosoprano Grace Echauri, entre otras obras, con énfasis en una partitura que escribió el músico cuyo nombre ostenta esta orquesta: Eduardo Mata, su obra Aires sobre un tema del siglo XVI, en ocasión del 70 aniversario del natalicio de este maestro creador de públicos, instituciones, salas de concierto, maestro gladiador de la cultura mexicana contemporánea, de quien el pasado miércoles Canal 22 transmitió un programa extraordinario que urge repita porque muchas personas se lo perdieron y preguntan con denuedo cuándo podrán verlo.
Finalmente, entre los cuatro acontecimientos mayores del Cervantino (Arvo Pärt, Riccardo Muti con la Sinfónica de Chicago, Murray Perahia, Kun Woo Paik) figura el recital majestuoso que rindió Murray Perahia, cuya especialidad es la música de Mozart. La noticia final es que llegó a México un disco doble que recupera cuatro de entre el ciclo completo de los conciertos para piano de Volfi, a un precio moderado, como desmesurada es la calidad de su contenido. He ahí los conciertos 20, 21, 23 y 27 de Wolfangus Amadeus Muzartus, cuyo piano por cierto en que compuso esas obras acaba de retornar a Viena, donde vivió precisamente Mozart.
Así que escuche la música de Arvo Pärt, viaje al cosmos sidereal y retorne a Tierra con la música de Mozart. Y sonría.