A poco más de un mes de concluir su mandato, el presidente Felipe Calderón remitió ayer al Senado una iniciativa que permite a particulares y empresas nacionales y extranjeras verter desechos líquidos y sólidos en las zonas marítimas mexicanas.

La reforma establece que la Secretaría de Marina es la máxima autoridad responsable para otorgar y cancelar los permisos para tirar desechos en aguas marítimas del país, conforme a las normas mexicanas o en función de la evaluación de resultados técnicos e información científica aplicada en la materia.

Las enmiendas a la Ley de Vertimientos en las Zonas Marítimas Mexicanas establece que en los casos de emergencia, la Secretaría de Marina ordenará o adoptará las medidas preventivas o de seguridad inmediatas que considere necesarias, a fin de que se ocasione el menor daño posible a los ecosistemas, a consecuencia del vertimiento de desechos y otras materias.

En casos de emergencia, cuando considere que los desechos vertidos dañan el ecosistema, podrá intervenir e incluso destruir el buque o aeronave, incluyendo sus pertrechos.

El artículo primero del proyecto de reforma define como desechos todo material o producto en estado sólido o semisólido, líquido o gas contenido en recipientes o depósitos. Ahí caben, se detalla, todas las categorías de residuos regulados en la legislación nacional, entre ellos empaques, envases y embalajes.

Si se aprueba como ley, se permite incluso el hundimiento deliberado de buques, plataformas u otras construcciones en el mar, así como la incineración de desechos a bordo de los mismos, a excepción de los residuos peligrosos.

El proyecto de ley da facultades a la Secretaría de Marina para llevar a cabo visitas de inspección y verificación para el cumplimiento de la ley. “Podrá introducirse en cualquier obra, lugar, buque, plataforma, artefacto naval, almacén o aeronave, en que se presuma la existencia de algún desecho u otras materias que vayan a ser vertidas en aguas nacionales.

La iniciativa fue turnada a comisiones.