ExxonMobil, Shell y Chevron facturan cantidades comparables a gastos de países
Miércoles 24 de octubre de 2012, p. 32
Hamburgo, 23 de octubre. La explotación de gas y petróleo representa el mayor negocio a nivel mundial. Se calcula que los ingresos anuales del sector ascienden a unos 3 billones de dólares. Compañías como ExxonMobil, Shell y Chevron están entre las mayores empresas del mundo y registran una facturación anual que se puede medir con el presupuesto de muchos pequeños estados, además de percibir ganancias de varios miles de millones de dólares por semana.
Sin embargo, son los jugadores de segunda fila en este gran negocio. La mayor parte de las reservas petrolíferas del mundo están en manos estatales. Es así en Arabia Saudita, en Kuwait, en Irán, China y Venezuela.
En algunos casos las empresas estatales cuentan con participación del sector privado, como sucede con la brasileña Petrobras o la rusa Rosneft. Pero en la mayoría de los casos no necesariamente es así.
De las casi 4 mil millones de toneladas de crudo que se explotan año a año, sólo 15 por ciento corresponde al sector privado. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto es, porque las fuentes de información no son precisas y no todas las empresas estatales publican las cantidades explotadas y los ingresos registrados.
La mayor petrolera del mundo no es ExxonMobil, sino la estatal Saudi Aramco, que extrae unas cuatro veces más crudo que la estadunidense, que actualmente es, junto con Apple, la compañía más cara del mundo.
Los tiempos en los que las empresas podían repartirse las ganancias y reservas han quedado atrás. Hasta hace unos 40 años, la explotación en el sector era asunto de Exxon, Shell, BP y un par de empresas más que tenían el mercado bajo control. El precio del crudo era, desde la perspectiva actual, increíblemente bajo y las ganancias eran no obstante elevadas.
Las mayores empresas eran las que fijaban oficialmente el precio del barril. Y ese fue el modo en el que se manejó el mercado hasta que los países de Medio Oriente estatizaron las compañías y asumieron la explotación de sus riquezas.
La Organización de Países Exportadores de Petóleo (OPEP) se convirtió en un instrumento a la hora de dictar el precio en la década de los años 70. Si bien sigue siendo una organización influyente, el mercado se fue imponiendo cada vez más y el precio actualmente está fuertemente ligado a la especulación.
Rusia, con las 511 millones de toneladas extraídas en 2011, es el segundo explotador de petróleo a nivel mundial. Con la adquisición de la empresa ruso-británica TNK-BP por parte de Rusia el pasado lunes, crece el poder del sector estatal en el sector.
Gran parte del rubro energético había sido privatizado al caer la Unión Soviética. Algunos oligarcas aprovecharon para llenar sus cofres. Pero ahora el péndulo parece estar volviendo. Para los consumidores de países industrializados, la preponderancia estatal en la extracción de crudo no resulta favorable.