Debe definir un presupuesto común, avanzar en la unión fiscal y apoyar a los más débiles
Sigue lejos el crecimiento, mientras se mantiene el alto desempleo, consideran analistas
Martes 23 de octubre de 2012, p. 23
París, 22 de octubre. Los líderes de la Unión Europea (UE) tienen dos meses para negociar sobre los fondos, el poder y la futura gobernanza de la zona euro, antes de que puedan restaurar la confianza de los mercados y desvanecer las amenazas sobre la moneda única.
El compromiso del Banco Central Europeo (BCE) de comprar bonos de los países endeudados de la eurozona en cantidades ilimitadas ha cambiado las condiciones de la crisis de deuda en Europa.
Sin embargo, el presidente francés, François Hollande, quizá se apresuró al declarar que se produjo un punto de inflexión en la crisis, luego de que en la última cumbre se acordó la creación de un órgano regulador bancario en la zona euro, que comenzará a operar el próximo año.
Hollande aseguró que estamos en el buen camino para resolver los problemas que durante mucho tiempo han paralizado a la zona euro y que la hicieron vulnerable
. Además destacó: tenemos nuevamente la confirmación de que lo peor ya ha pasado
.
Sin embargo, continuarán los acuerdos de aquí hasta a mediados de diciembre, ya que los estados de la UE deben establecer un presupuesto común para los próximos siete años, dar pasos hacia una unión fiscal y lograr más apoyo para los estados más vulnerables del euro.
Los países del bloque tendrán que decidir cómo mantener a flote a Grecia si, como se espera, llega a un acuerdo con los acreedores internacionales para evitar la bancarrota el próximo mes a cambio de recortes más drásticos en el gasto y reformas estructurales.
Estas naciones también podrían enfrentar meses de incertidumbre para ver si España, a la que ya le prometieron hasta 100 mil millones de euros en préstamos para recapitalizar sus atribulados bancos, puede evitar un rescate soberano.
Sobre todo, la zona euro está lejos de regresar a los niveles de crecimiento económico necesarios para hacer más manejable su deuda y lograr que los millones de desempleados vuelvan trabajar.
Aunque por ahora han disminuido las turbulencias en los mercados financieros, que amenazaban la supervivencia de la zona euro hace unos meses, aún existe el riesgo de que los líderes de la UE caigan en la complacencia sobre lo que queda por hacer.
El Banco Central Europeo aceptó comprar cantidades ilimitadas de bonos a corto plazo de los países de la zona euro que se encuentren en dificultades y que soliciten un programa de rescate, aceptando de paso estrictas condiciones.
El estado de urgencia que tuvimos durante el verano no existe ahora en el mismo grado
, declaró un alto funcionario de la UE que ha estado presente en todas las cumbres desde que la crisis comenzó a fines de 2009.
No es la misma sensación de estar entre la espada y la pared (...) Uno debe saber por la manera en que funciona la política en la Unión Europea que se necesita una cierta sensación de crisis para actuar
, agregó.