Lunes 22 de octubre de 2012, p. a14
Oumou Sangare venció con su canto la barrera del idioma la noche del pasado jueves en El Plaza Condesa. Provocó con su bello canto un ritmo que los presentes bailaron dejándose llevar por el incesante sonido del djembé, el instrumento más popular de África
, comentó la maliense, quien regaló un emotivo y movido concierto.
La tocada, con la presentación de la cantante mexicana Alejandra Robles, mejor conocida como La Morena, quien llevó los ritmos de la Oaxaca afromexicana, sobre todo de la Costa Chica y el alma festiva de Pinotepa.
Robles mezcla sonidos modernos como el blues, rock, reggae y pop, así como afrocaribeños, sones istmeños y jarochos, así como sus chilenas, piezas tradicionales de esa región negra de México.
Luego vino la cadencia de la música de Oumou Sangare con sus instrumentos, como el ngoni. Lució su traje tradicional y su turbante o tocado, que la hacen proyectar ligera y sin rigideces para el baile.
Sangare centró su actuación en los temas de su disco más reciente, Seya. La alegría de su música instó no sólo a bailar, sino a transportarse a otros lugares por medio de las ondas acústicas. Cada pieza es una historia que, pese a no entenderse la letra por el idioma, sí pudo comunicar sensaciones inherentes a los humanos, sobre todo a las mujeres.
Wayeina, Seya, Kounadya, Senkele Te Sira, Ah Ndya, Iyo Djeli y Mogo Kele, hasta Yala, fueron algunas de las piezas que se escucharon con su gran banda de virtuosos músicos.
La noche se hizo larga y varios saludaron de mano a Oumou, quien amablemente firmó los discos de los jóvenes que lo compraron. Fue una noche de música negra, del continente original y de sus variantes de otras latitudes.