La Secretaría de Gobernación (SG) señaló que la reforma laboral que promueve el presidente Felipe Calderón es congruente con la visión del mandatario electo Enrique Peña Nieto, particularmente en rendición de cuentas y democracia sindical.

Aunque aseguró que el tema sindical no es moneda de cambio para que avance la enmienda, opinó que la Cámara de Diputados tendría máximo 30 días para aceptar los cambios que eventualmente hagan los senadores.

De lo contrario, advirtió, al condenarla a la congeladora sentarían un mal precedente no sólo para esta reforma, sino para las futuras iniciativas preferentes que envíe el mandatario priísta.

No son monedas de cambio (posibles modificaciones a la Ley Federal del Trabajo); no sería aceptable ni conveniente que se detenga la parte económica por la política, o al revés, señaló Rubén Fernández, subsecretario de Enlace Legislativo de la SG.

Argumentó que diversos sectores, incluidos los empresarios y los trabajadores, así como los gobiernos saliente y entrante, tienen coincidencias en los aspectos económicos, “por lo que sería difícil que hubiera alguien que quisiera secuestrar las reformas económicas a cambio de la libertad y democracia sindicales.

“Nuestra apuesta principal –agregó– es la que ha venido haciendo también el presidente electo; es una lógica de empujar el tema de la transparencia y la rendición de cuentas, y fortalecer el combate a la corrupción en todos lados.

Siempre habrá quien se oponga a cortar privilegios, feudos de muchos años, pero en el siglo que vivimos el país merece que tengamos un régimen sindical perfectamente transparente en favor de los trabajadores, aseveró el subsecretario.

Comentó que no hay división en las fracciones parlamentarias, aunque admitió que la votación en la Comisión de Trabajo del Senado no está del todo clara, porque los partidos minoritarios no han terminado de definir su posición. Lo probable, añadió, es que al momento de avalar el dictamen faltara algún legislador, lo cual haría que la balanza se inclinara hacia cualquier opción.

El enviado del gobierno federal con el Poder Legislativo realiza un intenso cabildeo con los representantes de todas las fuerzas políticas para que en el Senado se concreten los cambios en la vida de los sindicatos que fueron retirados de última hora durante la aprobación de la reforma laboral en la Cámara de Diputados.