Las empresas comerciales, con la publicación de anuncios pagados a buen precio, se han impuesto por sobre la información periodística. Han obligado a los medios de comunicación, salvo algunas excepciones, a adoptar la estructura mercantilista y los ha hecho sujetos de un sinnúmero de presiones y controles; de ese juego dialéctico derivan todas las formas de la dependencia que han desnaturalizado a la prensa moderna y contemporánea, reflexionó Hugo Gutiérrez Vega, poeta y director de La Jornada Semanal, quien la mañana del miércoles recibió el Premio Nacional de Periodismo 2012 Carlos Septién García, en el auditorio del edificio de la Lotería Nacional (LN).

En el acto, al que asistieron autoridades, docentes y alumnos de la escuela de periodismo Carlos Septién García, entre ellos el director del plantel, José Luis Vázquez; Manuel Pérez Miranda, presidente de la Asociación Cultural del plantel y Fanny Contreras, directora académica; Gutiérrez Vega destacó en su discurso la manipulación que hoy día ejercen los poderes fácticos.

En la sociedad capitalista, la información busca que el hombre acepte las características propias de un mundo regido por las leyes mercantiles. Y para lograrlo no vacila en difundir el programa que ha convertido el amor en una transacción comercial, el arte en una actividad sujeta a las leyes de la oferta y la demanda, y la religión en la defensora de un orden social injusto y antihumano.

La publicidad, fuerza de presión

Las grandes compañías industriales y mercantiles son, sin duda, señaló Hugo Gutiérrez Vega, “fuerzas de presión que actúan para imponer a la prensa determinadas líneas generales y reglas de conducta.

Hugo Gutiérrez Vega y José Luis Vázquez en el auditorio de la Lotería NacionalFoto Jesús Villaseca

Desde que se efectuó el paso del capitalismo competitivo al monopolista, la publicidad se convirtió en una de las fuerzas principales de ese paso. Desde entonces ha sido el soporte material de la prensa que destina a la publicidad, generalmente, más de 50 por ciento de sus páginas. El fenómeno tiene un doble proceso, explicó, por una parte, la publicidad utiliza los medios informativos como de presión sobre la sociedad consumidora y, por otra, debido a su decisiva aportación económica, es un factor que presiona la información.

Para el galardonado, los medios de comunicación de masas, y de manera muy especial la televisión, se infiltran no sólo en nuestra experiencia de las realidades exteriores, sino también en la experiencia de nosotros mismos. Los medios y la dirección de las campañas publicitarias, abundó, “nos proporcionan nuevas identidades y el repertorio de aspiraciones para alcanzar determinado estatus social.

Nunca, como en nuestro tiempo, las apariencias habían sido tan engañosas, sostuvo el periodista. Respecto de esos medios, Wright Mills, citó Gutiérrez Vega, afirma: nos dicen lo que desearíamos ser y lo que desearíamos parecer. Nos proporcionan modelos de conducta y nos señalan quiénes somos, prestándonos una identidad; ordenando nuestras aspiraciones, proporcionándonos un cada vez más rico repertorio de escapes y evasiones.

Para concluir, pidió aferrarnos a la esperanza que representan los movimientos sociales y la prensa dispuesta a servir a la verdad y a defender los valores de la libertad y la justicia. Periodistas como Carlos Septién García nos alientan. No olvidemos que, ahora como siempre, la verdad nos hará libres.