Washington, 17 de octubre. Lance Armstrong se encuentra amenazado por la ruina. Con la presión de fuertes acusaciones de consumo de sustancias prohibidas, el texano renunció a la presidencia de su fundación de lucha contra el cáncer Livestrong y casi al mismo tiempo la empresa deportiva Nike rescindió su contrato con el ex pedalista.

Debido a la evidencia aparente de que Armstrong participó del dopaje y de que engañó a Nike durante más de una década, anunciamos con gran tristeza que hemos terminado nuestro contrato con él, señaló la marca estadunidense, mientras el gigante cervecero belga Anheuser-Busch no prolongará su contrato con el pedalista, que culmina a fines de año, aunque continuará respaldando a Livestrong.

Las acusaciones hacia el siete veces ganador del Tour de Francia fueron formuladas la semana pasada por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos.

Livestrong fue creada por el ciclista en 1997, cuando él mismo luchaba contra un cáncer testicular. Reunió más de 500 millones de dólares para respaldar a quienes padecen la enfermedad.

Para preservar la fundación de cualquier efecto negativo como resultado de la controversia en torno a mi carrera como ciclista, concluiré mi presidencia, anunció Armstrong en un comunicado. Tras la decisión de hoy, su nombre será retirado de uno de los edificios en la sede de la compañía en Beaverton, Oregon.

En tanto, la empresa aseguradora SCA lo quiere llevar ante tribunales por perjurio. SCA no quiso pagar los premios por las victorias del Tour entre 2002 y 2004 por dopaje, pero luego perdió un proceso de arbitraje.