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El Centro Cultural y Social Veracruzano exhibe muestra de la artista multidisciplinaria

María Ángeles Chávez explora el nexo del hombre con una naturaleza devastada

La exposición Esencia arbórea reúne unas 40 obras, entre pintura, fotografía e instalación

Mi trabajo es un espejo de lo humano, de lo creativo y de lo destructivo, afirma

 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de octubre de 2012, p. 5

Con la exposición Esencia arbórea, María Ángeles Chávez (DF, 1965), invita a reflexionar sobre la relación del ser humano con la naturaleza en estos tiempos de calentamiento global y deforestación.

La muestra de la artista multidisciplinaria, que reúne unas 40 obras entre pintura, fotografía, arte objeto, gráfica e instalación, se presenta en el Centro Cultural y Social Veracruzano (Miguel Ángel de Quevedo 687, Coyoacán) terminará el 27 de octubre. Asimismo, refleja su transición de lo abstracto a la figuración.

Para mí el arte es filosofía, es onírico, expresa la entrevistada. El arte tiene un carácter regenerativo y también es denuncia. Es el reflejo de la realidad procesada bajo el fino filtro de lo sensible entretejido con la reflexión. Mi trabajo está hecho como un libro: es para leerse. Podría pintar flores muy bonitas, decorativas, pero he decidido ver si puedo expresar mi sentir en cuanto a nuestra propia actitud de devastadores.

Desequilibrio atroz

El primer planteamiento de Chávez consiste en que el ser humano es parte de la naturaleza, aunque a veces parecería que lo olvidamos, que somos una cosa aparte, como superior o externa.

La artista continúa: “No es según la naturaleza que trabajo sino frente a la naturaleza, con ella. El bosque, el olor del mar y de la tierra me alimentan. Amo crear. Siempre me ha gustado soñar con los ojos abiertos. Mi obra es como un espejo de lo humano, de lo creativo y de lo destructivo, también.

Así, consciente de la devastación, me vienen imágenes desoladas de bosques tallados, de erosión. Esta conciencia la he interiorizado y me ha guiado dentro de mi quehacer creativo a transformar con mis manos la madera, el color y las ideas. Reflexiono en todo lo que los seres humanos hemos hecho, ya que en menos de un siglo se ha deforestado 60 por ciento del planeta, lo que provoca que cada año se extinguen miles de especies de animales, plantas y, por añadidura, un desequilibrio atroz a escala mundial. Al atentar contra la naturaleza atentamos contra nosotros.

Chávez reconoce que su obra está llena de símbolos que el hombre ha inventado, como la idea errónea de la perfección y la idealización. Para referirse a la primera utiliza recursos como las figuras helénicas relacionadas con un tiempo en el que también se creía en el antropocentrismo.

Foto
María Ángeles Chávez, junto a algunas de sus obras, durante la entrevista con La Jornada Foto Roberto García Ortiz

Al respecto, asevera: Cuando desfasamos la relevancia de nuestro entorno seguimos siendo como el centro de nuestro proceso en esta tierra. Toma las figuras griegas mutiladas, porque cuando uno está en desequilibrio con este entorno y se fragmenta esta realidad dentro de nuestra situación global, nos automutilamos. Obedece a la idea errónea de la perfección, la idealización, que afecta la percepción y nos aleja justo de la naturaleza.

La artista, con trayectoria de 20 años, se inició en la pintura, pero a la par aprendió fotografía. En la actualidad repasa sus clases y trabajo con la fotógrafa Cristina Kahlo. También ha abordado la gráfica, por ejemplo, la xilografía. Si acude a diferentes medios es porque son como lenguajes. Trato de guardar una coherencia en la idea y darme la libertad de lo lúdico. Me doy la libertad de la diversidad multidisciplinaria que sé es un riesgo. De hecho, hay dos riesgos en mi trabajo: uno, el lenguaje. Cuando entra la figuración con la abstracción es mi propuesta actual en la que pienso incursionar un rato.

Retomar la figuración quizá me da la libertad de jugar con otros temas. Agrega que cuando empezó a trabajar el de la naturaleza, “todavía no existía este falso Partido Verde Ecologista ni el discurso político de la preocupación de la ecología. Va más allá de una postura Greenpace. Tampoco soy eso. Es una postura que involucra muchos esfuerzos, pero no es derrotista. Se plantea por qué a pesar de toda esta cuestión del calentamiento global y la desforestación, aunque muchas cosas ya no se pueden revertir, existen mecanismos para restructurar y parar”.

Si las manifestaciones plásticas se vuelven multidisciplinarias, se debe a que ya no estamos amarrados, casados ni atrapados en un solo compromiso, manifiesta.

Chávez también es autora del libro Educación sensorial a través del arte (CNCA/Fonca, 2004), que está agotado y sólo le falta apoyo económico para hacer una segunda edición.