Reconoció la ratificación de contratos, aun antes de que el mexiquense asuma el poder
Pemex y sus millonarias inversiones en la región se convirtieron en argumento electoral a favor del candidato conservador
Las condiciones, bajo cláusula de confidencialidad
Miércoles 17 de octubre de 2012, p. 26
Madrid, 16 de octubre. El presidente de la Xunta de Galicia y candidato del derechista Partido Popular (PP) a la relección, Alberto Núñez Feijóo, le agradeció al presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, el atípico e inaudito
gesto de ratificar antes de su toma de posesión los contratos suscritos por Petróleos Mexicanos (Pemex) con dos astilleros gallegos para la construcción de dos barcos hoteles. El contrato en cuestión, que supondrá un desembolso de las arcas de México de 380 millones de dólares, se ha convertido en el principal argumento del mandatario regional para llevarse el triunfo en los próximos comicios del 21 de octubre.
Pemex y sus contratos millonarios forman parte de la batalla electoral en Galicia, una de las regiones más pobres de España y con una de las tasas de desempleo más altas del país, con 21.7 por ciento de la población activa desocupada.
Con la mirada puesta en los comicios regionales, el mandatario gallego maniobró junto a su líder y presidente español, Mariano Rajoy, y con la intermediación del empresario español afincado en México, Olegario Vázquez Raña, para que el presidente saliente de México, Felipe Calderón, aprobara una especie de balón de oxígeno
para la industria naval gallega.
De la reunión a puerta cerrada que se celebró en abril pasado en México, la delegación española y gallega volvieron con la promesa, que se confirmó un mes después, de que Pemex rubricaría una alianza estratégica
que garantizaría una inversión millonaria en la región, la cual podría superar mil millones de dólares.
El primer paso fue la firma, en septiembre pasado, de dos contratos –uno con Navantia y otra con el astillero los Hijos de J. Barrera– para la fabricación de dos buques hoteles por un valor de 380 millones de dólares. El contrato, de 43 páginas, es todavía un secreto para el consejo de administración de Pemex y para la opinión pública, pues la dirección de Pemex a cargo de Juan José Suárez Coppel exigió una cláusula de confidencialidad
en la que se estipulaba que el contenido del documento debería ser secreto.
El secretismo y la falta de transparencia en torno al contrato despertó las suspicacias de la oposición política en Galicia, más cuando el desembarco de Pemex en la región ha sido publicitado de manera electorera y se ha presentado como el principal argumento de que Galicia comenzará a recuperarse de la crisis. De hecho, el PP y Núñez Feijóo han insistido en que los contratos supondrán la garantía de trabajo para más de 3 mil personas para los próximos tres años, además de la recuperación del sector naviero –al borde de la bancarrota tras cinco años sin firmar contratos– y de las industrias indirectas.
Para acallar el ruido que estaba generando en Galicia la veracidad de los contratos, Peña Nieto emitió en su reciente visita a España un comunicado en el que respaldó la operación y, de hecho, se comprometió ante Rajoy y la opinión pública de que mantendría la operación y que ni siquiera ordenaría revisar las condiciones.
Núñez Feijóo agradeció sus palabras, ajenas al habitual respeto a los tiempos y el protocolo del traspaso de poderes. El mandatario gallego declaró: Es algo atípico e inaudito, pero muy de agradecer, la ratificación de Peña Nieto, incluso antes de su toma de posesión
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