Los naso de panamá vs.
Una hidroeléctrica trasnacional en
sus ríos bonyic y teribe
El pueblo naso, tradicionalmente el más dócil de los pueblos indígenas de Panamá, inició la segunda semana de septiembre una contundente protesta contra la construcción, ya en curso, de una gran hidroeléctrica en los ríos Bonyic y Teribe, afectando a unos 3 mil 400 miembros de este pueblo, uno de los menos numerosos del país centroamericano y que, a diferencia de sus hermanos kuna, emberá, ngäbe y buglé, no tienen territorio reconocido, y mucho menos una comarca. Como sea, el rincón de Bocas del Toro donde viven es su territorio ancestral. El gobierno lo considera parque binacional La Amistad, compartido con Costa Rica; incluye a los naso pero estos no tienen ningún control sobre el territorio.
Los que sí tienen los naso es rey. Y esta vez les falló. Alexis Santana y su comisión, que negociaron con el ministro de Gobierno Ricardo Fábrega, no fueron convincentes ante el Estado para representar las demandas de su pueblo, y sus bases los recibieron mal a su regreso.
Con resorteras y flechas, los naso bloquearon el acceso a la hidroeléctrica en construcción y llamaron al fin la atención del gobierno de Ricardo Martinelli. “En 2009 el gobierno concedió mil 200 hectáreas a la Hidroecológica del Teribe, subsidiaria de Empresas Públicas de Medellín para el Proyecto Hidroelectrico Bonyic-Teribe. A esas mil 200 hectáreas que constituían un área protegida, los naso les llaman con ironía ‘la comarca colombiana’” (La Estrella.com.pa, 30 de septiembre).
Ningún derecho de los indígenas, empezando por el de consulta, se respetó en este caso. Bastó con beneficiar a unas cuantas familias para que el gobierno considerara cubierto el expediente. Aún ahora, tras las negociaciones y las promesas oficiales, los funcionarios insisten en que “el desarrollo es inevitable” y que las obras no se detendrán. Los efectos de contaminación y cambios del hábitat ya se sienten; se están destruyendo sitios arqueológicos y lugares sagrados. Mas para el ministro Fábrega “lo energético es la prioridad”.
Con el antecedente de la formidable resistencia ngäbe-buglé que ha detenido una hidroeléctrica y dos grandes minas en su territorio comarcal, y que dos veces ha paralizado el país (la segunda este año) con sus protestas, el descontento naso logró llamar la atención pero es ciertamente más débil. Sin derechos territoriales reconocidos, su monarquía fue avasallada en las negociaciones. Incapaces de detener las obras, los jefes negociaban mejores indemnizaciones y cierto respeto a sus tradiciones.
Pero un mes y 13 órdenes de aprehensión después, el pueblo naso está más decidido y firme que su rey, y no ha perdido la partida. Ya bloquearon nueve días los trabajos de la empresa, intentando detener el avance de Bonyic. Roberto Pérez, coordinador de la gestión ambiental y social de Hidroecológica del Teribe, “advirtió que otro cierre ‘es inviable y la empresa no aguantará más’” (idem). Las bases naso, lejos de rendirse, han intensificado su añeja demanda por el reconocimiento, siempre negado, de una Comarca Naso-Teribe. (Ojarasca)