Caciques y mineras
no respetan culturas
Sábado 13 de octubre de 2012, p. 28
Chihuahua, Chih., 12 de octubre. Representantes de los pueblos indígenas de la sierra Tarahumara y de coras y huicholes del estado de Nayarit, denunciaron el permanente despojo que sufren sus comunidades por caciques locales y las grandes empresas mineras que no respetan los territorios sagrados de las culturas originarias de México
, durante un foro para conmemorar el Día Mundial de la Resistencia Indígena.
Los gobernadores indios de comunidades de la sierra tarahumara, denunciaron los problemas que les ha traído la invasión de sus tierras, por la construcción del Desarrollo Turístico, Barrancas del Cobre. María Monarca, gobernadora de la comunidad de Huetosachi, expuso la problemática que les acarreó la construcción de un hotel dentro de las tierras que conforman su territorio ancestral.
Otros ponentes fueron los ejidatarios de Baqueachi, que en vez del segundo gobernador, José Ventura, narró la lucha que han dado por más de treinta años para recuperar sus tierras invadidas por ganaderos mestizos del municipio de Carichí, que los mantienen bajo amenaza de muerte, desde que lograron que un tribunal agrario ordenara la restitución de 12 mil hectáreas.
Isela González, dirigente de la organización Alianza Sierra Madre, señaló que los pueblos indígenas de Chihuahua, han sufrido despojo de sus tierras, por familias que han conformado cacicazgos, apoyados por acción y omisión, por algunas autoridades a nivel estatal y federal.
Tanto autoridades indígenas como sus asesores, y los representantes de los pueblos cora y huichol que participaron en el Tercer Foro Indígena, explicaron que la historia de sus pueblos es una larga cadena de despojos, a los que ahora se agregan los atropellos cometidos por empresas transnacionales que están construyendo minas a cielo abierto sin respetar los territorios sagrados, como sucedió con los centros ceremoniales en Nayarit.
Otro tema que se abordó fue la hambruna que enfrentan indígenas de Chihuahua, que en semanas recientes causó la muerte de una niña rarámuri en la comunidad de Pino Gordo, municipio de Guadalupe y Calvo, y que mantiene aún hospitalizados a otros siete infantes, con tercer grado de desnutrición.