La Prefectura da por concluido el conflicto; una decena de gendarmes mantienen plantón
Jueves 11 de octubre de 2012, p. 26
Buenos Aires, 10 de octubre. Después de los anuncios del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, que dejaron en claro las maniobras irregulares de altos mandos, jueces y abogados que ganaban grandes cantidades de dinero con el cobro de los salarios de los efectivos de rangos menores por vía judicial, la protesta de gendarmes y prefectos se debilitó notablemente y hoy sólo quedan una decena de efectivos ante la sede de Gendarmería Nacional de Argentina.
Anoche una marcha a Plaza de Mayo no logró reunir más de 170 personas y hoy los efectivos de Prefectura decidieron levantar la protesta.
Algunos voceros de los gendarmes, los más relacionados con grupos golpistas ajenos a la fuerza, se veían decepcionados y advirtieron que ésta había sido una batalla, pero no la guerra todavía
.
En las últimas horas surgieron más indicios y nombres sobre los grupos los grupos que intentaron transformar la protesta en una insoburdinación generalizada, que finalmente naufragó.
En este aspecto nuevamente el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner demostró que la aparente pasividad con que parecía manejarse la situación, era el estilo de esta administración de manejar los conflictos sin llevar a acciones violentas ni reprimir, y más aún en este tema tan sensible y apostar al desgaste.
También el jefe de gabinete dio la pauta de los nuevos sueldos mínimos superiores a los 5 mil pesos (unos mil 200 dólares), que en realidad son los mínimos más altos en la administración pública y también otros beneficios como el blanqueo de los salarios. Asimismo, el ejecutivo hizo cumplir las medidas disciplinarias con el descabezamientos de las cúpulas de ambas fuerzas y la disponibilidad de los voceros más violentos. Un capellán militar de Campo de Mayo que se prestó a decir una misa para los efectivos inbsubordinados, también fue separado de su lugar, por decisión de la propia Iglesia.
Sin embargo, este amotinamiento puso en evidencia la existencia de sectoress en la sombras que fueron ubicados rápidamente en distintos lugares de esta capital y el país. Todos ellos, y también la derechista Propuesta Republica que gobierna la ciudad de Buenos Aires, coinciden en la convocatoria de una gran movilización para el próximo 8 de noviembre, en la que el lenguaje es más que destituyente.
La lucha sigue, aunque apenas queda una decena de agentes
, dijeron en cambio los escasos gendarmes que se mantienen. Nosotros recién a fin de mes vamos a tener posibilidad de confirmar cuál es el monto que nos pusieron en blanco y cuáles los ítems (beneficios que cobran en negro) que nos mantuvieron
, dijo Raúl Maza, uno de los líderes de la protesta de Gendarmería.
Queda clara la firmeza del gobierno que también decidió no recibir a los delegados de los amotinados, ya que la autoridad en este caso estaba en mano de los nuevos jefes de que no iban a ser recibidos por ninguna autoridad de Gendarmería y la Prefectura, quienes consideraban que los efectivos estaban violando la disciplina de las fuerzas y no acataban las órdenes.
En tanto, la Confederación General del Trabajo (CGT) línea que lidera el dirigente camionero Hugo Moyano, enfrentado con el gobierno, marchó hoy junto a la Central de Trabajadores Argentina (CTA), de Pablo Michelli, fuertes enemigos hasta hace muy poco tiempo, unidos en la oposición ahora al gobierno, y también con la Federación Agraria, que conforma la Mesa de Enlace con la Sociedad Rural.
Anunciaron una jornada de protesta que sería masiva. Pero la realidad mostró una marcha de diversos grupos, incluidos algunos sectores de izquierda radical, que en los últimos tiempos se han manifestado junto a la derecha.
Sorprendió Michelli, en su discurso, similar a los cacerolazos de la derecha el pasado 13 de septiembre y a los gendarmes y prefectos.
Precisamente un grupo de la CTA capital renunció a marchar hoy con estas agrupaciones, en razón de las alianzas y Moyano no estuvo en la marcha.