Estrasburgo, 7 de octubre. Con un noveno título mundial logrado hoy en el Rally de Francia, Sebastian Loeb ha respondido a su estatus de héroe local de Alsacia, un piloto de leyenda que ha sabido mantener los pies en la tierra pese a la gloria.

Loeb, quien probablemente no compita la próxima temporada, consiguió la victoria número 75 de su carrera en Haguenau, la ciudad que lo vio nacer hace 38 años.

Ganar el título por segunda vez en mi casa es algo increíble, señaló el piloto de Citroën, quien terminó hoy con 15.4 segundos de ventaja sobre el finlandés Jari-Matti Latvala después de 22 pruebas especiales.

El triunfo en Francia de Loeb dio a Citroën el octavo título de constructores, en parte también al tercer puesto de su compañero de equipo, el finlandés Mikko Hirvonen, quien es segundo en la general.

A dos carreras para que concluya el certamen, Loeb dijo estar viviendo un sueño en una temporada que ha sido perfecta, pero quiero disfrutar más que pensar en que este título será nuestro último juntos, añadió el galo en referencia a su copiloto Daniel Elena, quien ha estado con él los nueve campeonatos.

Este domingo, el piloto local controló totalmente las húmedas carreteras del este de Francia venciendo por escaso margen a Hirvonen.

El alsaciano posee el mayor palmarés de la historia del deporte motor y supera a otra leyenda como el alemán Michael Schumacher, siete veces monarca del mundo en la Fórmula Uno (no consecutivos).

Sólo son números y no me interesan, aunque mucha gente piensa lo contrario. No necesito ser más famoso de lo que soy ahora, explicó Loeb, quien de adolescente fue un sobresaliente gimnasta, quiso ser profesor de educación física y terminó siendo electricista; fue entonces que comenzó a desarrollar su amor por el rally.