bicuidad del documental. Bajo el título Ideas migratorias y estrategias documentales, Ambulante y la Fundación Ford proponen del 7 al 21 de octubre una serie de películas, acompañadas de charlas y performances, con el tema de los flujos migratorios. La sede principal es el Cine Tonalá, espacio cultural en la colonia Roma sur capitalina (Tonalá 261), que recientemente se integró al número de sedes alternas de la Cineteca Nacional.
Una de las tareas del periodismo cultural, y en particular de la crítica de cine, es dar cuenta del vigor de que hoy goza la expresión del cine documental en México, y que contrasta con las fórmulas rutinarias a las que buena parte del cine nacional de ficción, salvo honrosas excepciones, debe recurrir para mantenerse vivo y poder competir, en creciente desventaja, con las producciones hollywoodenses que saturan la cartelera comercial.
El cine documental despliega una gran variedad temática y su búsqueda formal es incesante, atiende realidades sociales inmediatas y ofrece claves valiosas para interpretar hechos históricos, se mantiene relativamente al margen de compromisos y presiones comerciales, y esto permite a sus realizadores un margen de maniobra mayor y una gran libertad creadora. Basta pensar en títulos recientes, algunos premiados, que son casi por completo desconocidos por gran parte del público (La historia en la mirada, José Ramón Mikelajáuregui, 2011, o El informe Toledo, Albino Álvarez, 2009, por ejemplo).
Como el cine nacional de ficción, pero de modo todavía más agudo, el documental padece una distribución deficiente y, algo que no se menciona mucho, una difusión muy pobre en medios audiovisuales crecientemente desinteresados en el cine mexicano.
Entre los aciertos que sin reparos se atribuye la administración saliente en materia de estímulo a nuevas y numerosas producciones fílmicas nacionales, no figura de modo alguno una política coherente de apoyo a la distribución y óptima difusión de las mismas. El marco legal para una defensa real del mercado cinematográfico nacional sigue siendo insuficiente, y es de temer que en el sexenio siguiente aumenten las dificultades para una buena difusión del cine mexicano, industria aún muy vulnerable, de competitividad y rentabilidad escasas en el mercado neoliberal dominante.
La emergencia de una red de cine alternativo, con cauces nuevos para la difusión del cine independiente, es con todo algo muy prometedor. Hay que señalar, sin embargo, que en ocasiones los propios organizadores de ciclos y festivales contribuyen a una difusión insuficiente de los mismos al dar por sentado que los espectadores a quienes se dirigen están siempre al tanto de los eventos (fechas, horarios, ubicación de las sedes), y no tomar en cuenta que los diarios, la televisión y la radio los promueven poco, que algunos sitios web señalados no siempre son de acceso fácil, que las sedes elegidas sólo son familiares para un público cautivo en zonas urbanas muy determinadas, y que por ende es preciso diversificar, afinar e incrementar las estrategias de una difusión alternativa.
A menudo los lectores apenas se enteran de la realización de los ciclos y festivales, o lo hacen tardíamente, cuando bastaría una difusión oportuna, no sólo en los medios disponibles, sino en espacios publicitarios en el mobiliario urbano (parabuses, quioscos informativos, estaciones del Metro, etc.), para que esos eventos tuvieran una penetración más grande. Y naturalmente una mayor difusión por las redes sociales, en la actualidad el boca a boca más extendido.
En este sentido, la labor de Ambulante, y su fórmula de difusión itinerante de documentales nacionales y extranjeros, ha sido todo un acierto.
En esta ocasión, el festival propone en su ciclo de ideas migratorias y estrategias documentales cuatro secciones temáticas (Fronteras difusas, Exilio y diáspora, Exotismo y etnocentrismo y Culturas viajeras), con títulos entre los que destacan: Los exiliados, Kent Mac Kenzie, 1961; Sin sol, Chris Marker, 1983; Buscando a Sugar man, Malik Bendjelloul; Vuelo especial, Fernand Melgar, 2011; El bulli: cooking in progress, Gereon Wetzel, 2011; A/K/A/Mrs. George Elliot, de Coco Fusco, 2004, o Cuates de Australia, de Everardo González, 2012. Una curaduría con calidad garantizada. Las funciones son gratuitas.
El evento incluye la exposición Maletas migrantes en el Museo Memoria y Tolerancia (Plaza Juárez/Centro histórico, frente a la Alameda Central). Mayores informes: www.ambulante.com.mx
