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Comicios en Venezuela
Miedo vs odio, el mapa electoral

A quién le creen los ciudadanos, la clave este domingo

Ser neutral, imposible en este país: analistas

Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 7 de octubre de 2012, p. 23

Caracas, 6 de octubre. El miedo contra el odio. Con esas cinco palabras define la elección de este domingo el profesor Miguel Ángel Contreras, presidente de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados. Se explica: El motor que moviliza a la oposición es el odio contra el presidente Hugo Chávez; a los electores chavistas los mueve el miedo a perder las cosas que han conseguido con este gobierno.

El odio a Chávez como materia prima electoral. ¿Y qué define al otro bando?, pregunta, en entrevista aparte, la historiadora Margarita López Maya. Pues su culto a Chávez.

La historia de un país partido, donde con el paso de los años ser neutral se fue haciendo imposible.

El fallido golpe de Estado de abril de 2002, el paro petrolero que inició a finales de ese año y culminó en febrero de 2003, y la pulsada del referéndum revocatorio en 2004, fueron los momentos emblemáticos de dos fuerzas en colisión. Hoy dicen que la historia es otra.

El candidato del bloque opositor, Henrique Capriles, ha hecho una campaña contradictoria: por un lado destaza la obra de gobierno que Chávez presume y por otro promete continuar los programas sociales del chavismo (las Misiones), no sacar a Venezuela de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y hasta encontrarse con Raúl Castro.

Chávez también muestra otro rostro: reconoce errores, promete enmendarlos y ser un mejor presidente con la experiencia acumulada.

El país que más cerró la brecha de la desigualdad

Las campañas electorales estuvieron marcadas por un duelo de cifras y promesas. La oposición machacó con las innumerables promesas incumplidas. El gobierno, con un listado impresionante de avances en la calidad de vida de los venezolanos: salud, educación, vivienda, nutrición y muchas otras áreas.

La estrategia opositora pareció exitosa en temas como la inseguridad y la crisis eléctrica, pero hizo agua en un tema. El candidato opositor critica casi todo, pero cuando comparece ante la prensa extranjera jura que mantendrá las Misiones de Chávez: “Yo propuse que sean legales, mejorarlas, mantenerlas, fortalecerlas.

Intentaron tener un mensaje popular, con el que pretendían atraer al chavismo descontento, pero fallaron. Nosotros logramos imprimir la matriz de que su programa es el del Fondo Monetario Internacional. Los sorprendimos con el tema de que con Capriles vendría un paquetazo neoliberal, y titubearon en exceso a la hora de responder, no por otra cosa, sino porque todos sus cerebros económicos son neoliberales, dice el economista Rodrigo Cabezas, miembro de la dirección nacional del chavista Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV).

En ese ir y venir de acusaciones, al candidato de la relección –como le llaman siempre en los medios opositores– le vino como anillo al dedo una declaración que no puede ser tomada como tripulada por alguno de los contendientes. La mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dijo lo siguiente en una entrevista ampliamente divulgada por los medios oficiales: La República Bolivariana de Venezuela tiene aspectos de su política social que han sido fundamentales, ha sido el país (de América Latina) que más disminuyó la desigualdad en la última década, es decir la brecha entre ricos y pobres. El país que más cerró esta brecha fue sin duda Venezuela.

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Carteles con la imagen del presidente Hugo Chávez cubren muchas paredes de las calles de CaracasFoto Ap

Los focos rojos

Una de las líneas de la estrategia opositora ha sido enfrentar a Chávez con Chávez, es decir, al candidato con su gestión de gobierno, sobre todo en dos temas sensibles: la delincuencia y la crisis de la energía eléctrica.

A principios de 2010, los apagones llegaron a Caracas. No ha vuelto a pasar, pero los cortes de energía se mantienen en estados importantes y calurosos, como Zulia y Aragua. Hacia finales de ese año hubo elecciones legislativas. Aunque el presidente no era candidato, salió a la arena electoral. La suma de los votos de la coalición opositora y el Partido Patria para Todos –que poco antes había roto con Chávez tras rechazar integrarse al PSUV– fue ligeramente mayor a la votación del chavismo. Gracias a la peculiar distritación electoral del país, el oficialismo conservó la mayoría en el Congreso unicamaral, pero desde entonces los focos están prendidos en el territorio rojo rojito.

En la emergencia eléctrica hubo omisiones, una es nuestra y no la podemos ocultar, dice el dirigente del PSUV. Simplemente se olvidó la necesidad de invertir en el mantenimiento del tendido eléctrico, al tiempo que nuestra economía pasaba de 72 a 300 mil millones de dólares, y agrega que se han invertido 5 mil millones de dólares para superar la crisis y al frente del ministerio respectivo tienen a un técnico de primer nivel.

Rodrigo Cabezas, responsable de asuntos internacionales del PSUV, admite también el peso del tema de la delincuencia, dice que en sus encuestas, 70 por ciento de los venezolanos consideran la inseguridad pública su principal preocupación.

Esquiva de entrada: Donde gobierna la oposición la delincuencia también es brava. La clave del asunto es que no existe coordinación entre niveles de gobierno para combatir a los delincuentes. Es necesario un gran salto que pase por encima de las diferencias políticas.

Un problema de credibilidad

En sus primeros años de gobierno, Chávez no tuvo manga ancha para usar los recursos petroleros en beneficio de la población. Los gerentes de Pdvsa, muchas veces descritos como un país dentro del país, controlaban todo. Su poder era tan grande que decidieron, con los sindicatos petroleros, ir a un paro para tumbar a Chávez. Apostaron que no duraría una semana. El paro duró más de tres meses y el presidente se sostuvo. Todos los gerentes y empleados paristas fueron despedidos.

La distribución de la renta petrolera, y con ella las Misiones, sólo fueron posibles cuando tomamos las riendas de Pdvsa y se desmontó la apertura que había practicado la meritocracia. No fue inmediato, tardamos unos dos años, pero se hizo, dice Cabezas.

Esos recursos, multiplicados por el incremento de los precios del petróleo en el mercado mundial han permitido a Chávez dar a los venezolanos pobres lo que ningún presidente nunca nos había dado.

El candidato Capriles promete continuar el reparto de la renta petrolera. Finalmente, la elección de este domingo se trata de a quién le creen los venezolanos.