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Las tendencias mostraban que tenía 269 de los 270 votos electorales necesarios

El demócrata llegó con ventaja a la confrontación, según sondeos
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Michelle Obama gesticula poco antes del debate debido a que el aniversario 20 de su matrimonio con Barack Obama coincidió con ese ejercicio. La acompañan el senador Michael Bennet y la asesora presidencial Valerie JarrettFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 4 de octubre de 2012, p. 27

Nueva York, 3 de octubre. Poco más de un mes antes de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, el presidente Barack Obama goza de ventaja en las preferencias nacionales después de semanas de enfrentar un empate con su contrincante republicano, Mitt Romney. Pocos esperaban que el debate de esta noche cambiara esa dinámica.

Las principales encuestadoras señalan que hasta hoy Obama supera a su rival republicano con entre dos y siete puntos porcentuales a escala nacional.

El promedio de ocho encuestas principales calculado por RealClearPolitics.com diariamente registra este miércoles una ventaja de 3.1 por ciento.

Pero aún más importantes son las encuestas en los ocho estados que determinarán el resultado final.

En las elecciones presidenciales en Estados Unidos no hay sufragio directo, sino por estado; es decir, en esencia son 50 pugnas.

El candidato que gana los comicios en un estado recibe los votos electorales del mismo (determinados por una fórmula relacionada con la población).

Para ganar la elección nacional, un candidato tiene que obtener 270 votos electorales.

Las tendencias muestran que hasta hoy Obama cuenta, en el cálculo de RealClearPolitics, con 269 votos electorales frente a 181 para Romney, con 88 más en disputa (esto, contando tanto los estados que ya son considerados sólidos a favor de uno como los probables).

Otros análisis ofrecen cálculos un poco diferentes, pero todos coinciden en que Obama, por ahora, está en primer lugar.

La disputa real está en los estados claves que aún no se han definido, en los que sobresalen los dos que siempre han determinado el resultado final en elecciones pasadas: Florida y Ohio, con todo y controversias por fraude y la comprobación de que no todos los votos se cuentan en este país.

Junto a esos estados se encuentran Virginia, Iowa, Nueva Hampshire, Carolina del Norte y, donde el voto latino podría jugar un papel crítico, Colorado y Nevada. Pero Florida y Ohio son el centro de atención, y en las últimas semanas Obama ha abierto un margen de ventaja pequeño pero significativo en ambos.

La mayoría de recursos, publicidad, visitas de candidatos y la inversión de cientos de millones de dólares por agrupaciones que favorecen a uno u otro candidato se concentran en esos estados. Algunos expertos argumentan que si Romney pierde en Ohio, no triunfará en la elección. Otros afirman que si Obama vence en Florida, Romney sólo obtendrá la victoria si gana todos los otros estados claves en juego.

Tal vez lo más sorprendente es que a pesar de la continuación de una anémica recuperación económica, con una tasa de desempleo de 8.1 por ciento, lo que históricamente da ventaja a un retador contra un presidente en busca de su relección, no funciona en esta ocasión.

Los estrategas del aspirante republicano apostaron casi todo a enfocarse en el asunto económico, considerado el flanco más débil del demócrata.

Sin embargo, las encuestas recientes no sólo muestran mayor optimismo sobre la economía, sino también mayor confianza en el manejo de ésta por el presidente. Por tanto, ahora Romney está incorporando en sus discursos ataques a la política exterior del mandatario.

Según la encuestadora Gallup, 57 por ciento contra 33 esperaba que el presidente sería el mejor actor en el debate de esta noche. Y para nutrir a los expertos que argumentan que esas discusiones no suelen tener gran impacto en los resultados electorales, el mismo sondeo registra que 83 por ciento de los estadunidenses que dice que votará por uno u otro de los candidatos agrega que no hay nada que el otro aspirante pueda decir o hacer en los debates que cambie su decisión.

De hecho, al realizarse este primer debate, ciudadanos en 35 estados ya están emitiendo sufragios para la elección general bajo nuevas reglas de voto temprano. Éstos no se contarán hasta que se cierren las casillas el 6 de noviembre, pero este nuevo factor también reduce el impacto potencial de estas discusiones, ya que para cuando se realice la tercera, millones ya habrán optado por uno u otro de los contrincantes.